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DE

AUTORES ESPAÑOLES,

DESDE LA FORMACIÓN DEL LENGUAJE HASTA NUESTROS DÍAS.

POETAS LÍRICOS DE LOS SIGLOS XVI Y XVII

COLECCIÓN ORDENADA

POR D. ADOLFO DE CASTRO

TOMO PRIMERO

MADRID

IMPRENTA DE PERLADO, PÁEZ Y COMPAÑÍA
(SUCESORES DE HERNANDO)

CALLE DE QUINTANA, 33.

1903

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PROLOGO.

Los poetas líricos españoles de los siglos XVI y XVII, cuyas obras se encierran en este volúmen, son:

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El segundo tomo de esta coleccion contendrá las composiciones de Jáuregui, de Espinosa, de Trillo, de los dos hermanos Leonardos, de Villégas, de Jacinto Polo, del conde de Rebolledo y de otros ingenios no menos ilustres, terminando con una flore i de varia poesía, donde se hallarán los escritos mas selectos de Boscan, de Aldana, de Figueroa, de Acuña, de Gil Polo, de Solís, de Cancer, de Salazar y demás autores distinguidos en aquellos tiempos.

Aunque de portas de los siglos xvi y xvii, no forman parte de esta coleccion las obras líricas del bachiller Francisco de la Torre, de fray Luis de Leon, de santa Teresa, de san Juan de la Cruz, de Lope de Vega y de don Francisco de Quevedo. En otros tomos de la BIBLIOTECA DE AUTORES ESPAÑOLES se encontrarán con sus demás escritos ó con los de sus primitivos editores.

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En el presente volúmen se ha procurado guardar el mejor órden posible. GARCILASO con CETINA Y Don Diego Hurtado DE MENDOZA, sus imitadores en seguir la forma artística de los griegos, latinos é italianos, ocupa el lugar preferente. CASTILLEJO, el sustentador de la antigua y encantadora manera de la poesía castellana, va en pos de estos autores, como protesta contra la nueva escuela literaria. HERRERA, que quiso perfeccionar la obra de GARCILASO dando un lenguaje poético á España, así como dieron á Italia el suyo felicísimos ingenios, va acompañado de sus discípulos ó imitadores, CESPEDES, PACHECO, MEDRANO, RIOJA, ARGUIJO Y QUIRÓS. ALCAZAR Y SALINAS pertenecieron á la escuela de HERRERA, RIOJA Y ARGUIJO; por eso van sus obras en este volúmen, si bien sus formas no pueden ser iguales á las que tienen las poesías de sus maestros, los cuales se dedicaron á asuntos filosóficos ó amatorios, y no á festivos y

y

ligeros. GÓNGORA, gran admirador de GARCILASO y deseoso de adquirir, como HERRERA, un lenguaje poético para que en él hablasen las musas españolas, cierra, y no se diga con llave de oro, el primer volúmen de los poetas líricos de los siglos XVI y XVII.

Al frente de casi todas las colecciones de poesías se leen juicios críticos de autores notables. No son todos los que existen, sino tan solo los que he juzgado mas importantes á mi propósito. Creo que el lector verá con agrado los pareceres de HERRERA, de Lope, de Jáuregui, de RIOJA, de Saavedra y de otros críticos no menos insignes, tales como Velazquez, Jovellanos, Várgas-Ponce y Marchena.

He procurado huir de los vicios en que incurrimos facilísimamente los que nos dedicamos á estudios bibliográficos. Por muy mala que sea la obra inédita de un autor, nunca nos parece tanto, que la reputemos indigna de ver la luz pública; antes queremos parecer noticiosos en papeles antiguos que amadores leales del honor literario del hombre ilustre cuyas obras damos nuevamente á la estampa. Muy parco hesido en la publicacion de poesías inéditas ; porque, si de los yerros en los escritos que se han impreso por el autor alcanza á este, y solo á este, el descrédito, de los que se hallan en trabajos no publicados solo al editor debe pertenecer el vituperio. Un escrito inédito es un secreto confiado ó adquirido que existe entre muchas ó pocas personas. Quien lo hace patente al público, sabiendo que puede redundar en mengua de su autor, no merece el nombre de amigo que cela nuestra honra, sino de amigo que la vende con el género de traicion que se llama imprudencia. Parco he sido tambien en las notas con que he intentado ilustrar los textos. Las muchas que los acompañan no son hijas de un deseo de afectar erudicion, pues, como se verá, casi todas se reducen á variantes en ediciones y códices. La purificacion de los textos ha sido el objeto especial de mis investigaciones y diligencias. Viciados en las ediciones primitivas, han corrido y aun corren llenos de errores de gramática y faltos de sentido en muchos lugares.

Ya no se leerá, por ejemplo, en GARCILASO:

¡Oh nayades de aquesta mi ribera
Corriente moradoras! oh napeas,
Guarda del verde bosque verdadera!

Alce una de vosotras, blancas deas,
Del agua la cabeza rubia un poco;
Así ninfa jamás en tal te veas,

sino el texto corregido, tal como lo escribió ó debió escribirlo su autor:

'El

¡Oh náyades de aquesta mi ribera,
Corrientes moradoras! oh napea,
Guarda del verde bosque verdadera!

Alce una de vosotras, blanca dea,
Del agua la cabeza rubia un poco;
Así ninfa jamás en tal se vea.

El famoso madrigal de GUTIERRE DE CETINA, que empieza :

Ojos claros serenos,

ha corrido hasta ahora impreso con falta de dos versos, por lo cual estaba oscurísimo en el concepto. Se han restituido estos á su lugar, y la poesía gana doblemente en mérito.

GÓNGORA, cuyos pensamientos á veces se presentan mas impenetrables de lo que su

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