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COMPENDIO

GEOGRAFICO-ESTADISTICO

DE PORTUGAL

Y SUS POSESIONES ULTRAMARINAS.

POR

DON JOSÉ DE ALDAMA AYALA,

Ingeniero gefe de 2.a clase del Cuerpo de Minas, etc., ete.

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IMPRENTA DE LA VIUDA DE D. ANTONIO YENES,

Plaza del Progreso, núm. 13.

1855.

Port 2148.55

30 Aug., 1922

INTRODUCCION.

HABIENDO formado parte de una comision de ingenieros españoles y portugueses, nombrada á fines del año próxi mo pasado, para determinar en la frontera de ambos Estados peninsulares, el punto de union del ferro-carril de Lisboa á Madrid; así como tambien de otra comision relativa al estudio geológico del vecino reino y al exámen del estado presente y porvenir de su industria minera, que en compañía del acreditado profesor D. Ramon Pellico, Inspector de distrito del Cuerpo de ingenieros de minas, desempeñamos en el invierno pasado, tratamos de averiguar con la antelacion necesaria y con el fin de prepararnos convenientemente al desempeño del encargo con que el Gobierno de S. M. nos habia honrado, de inquirir y proporcionarnos las obras que tratasen de la geografía, estadística, historia natural y administracion del pais que habíamos de recorrer; y observamos con sorpresa que, no obstante las grandes analogías que unen á ambos pueblos, su comun origen, idioma, religion, costumbres y carác

ter de sus habitantes; á pesar de hallarse ligados por una frontera moral en una estension de 170 leguas; de ser sus rios y valles la prolongacion de los nuestros, así como sus montes y llanuras; en fin, no obstante de ser dos pueblos que ocupan la misma península, sujetos á un clima análogo, cuyas producciones son las mismas, y cuyos intereses son recíprocos é idénticas deben ser sus miras y á quienes unió con lazo indisoluble la naturaleza; no solo no se conocen, sino que las ideas mas absurdas y erróneas creadas Y sostenidas por groseras preocupaciones de tiempos que pasaron para no volver jamás, hacen se miren hasta con prevencion la generalidad de los habitantes de los dos pai ses hermanos, nacidos para amarse con la pureza y sinceridad de los sentimientos que abrigan siempre los hijos de una misma madre.

Es tan cierto cuanto acabamos de esponer, por doloroso que sea el confesarlo, que se conocen mejor en España y Portugal los pueblos que ocupan los abrasados arenales del Africa y de la Arabia, las costas del mar Glacial, las regiones Asiáticas y hasta la recelosa China, que no los dos pueblos peninsulares. En Lisboa se encuentran y conocen las obras científicas y literarias de mas nota que salen de las prensas de la culta Europa; y los lusitanos se hallan familiarizados con la literatura francesa, inglesa y alemana y aun con la antigua española, pero ignoran completamente la contemporánea.

Análogas reflexiones son estensivas á nuestra querida patria.

¿Qué estraño es por consiguiente que todavía las luces de la ilustracion del siglo, no hayan podido disipar por completo los fatales recuerdos que el pueblo de Alfonso Enriquez conserva del tiempo de los austriacos Felipes?

Por vulgar y repetido que sea el concepto de que para

amarse hay que conocerse previamente, y que el trato enjendra el cariño, no es menos cierto y filosófico que las naciones á semejanza de los individuos, necesitan tambien conocerse recíprocamente y relacionarse con los vínculos de intereses sociales y comerciales antes de pretender las liguen los políticos.

Mal puede apreciarse un objeto si no se conoce. Pues bien; no obstante la insuficiencia de nuestros elementos intelectuales, que somos los primeros en confesar, y de la ineficacia de las obras que hemos podido consultar, si bien de grande mérito, por otra parte, poco útiles para el obje to que nos hemos propuesto con estos apuntes, bien por su indole especial, bien por la época de su publicacion; cual es, dar á conocer el estado presente de la monarquía portuguesa, los grandes elementos de engrandecimiento y riqueza que en sí propia encierra, y los adelantos que ha hecho en el camino de la civilizacion, colocándose si no al nivel, muy próximo á otras naciones que pasan por mas adelantadas, y desvaneciendo por consiguiente los equivocados conceptos que la generalidad de las gentes de nuestro pais conservan respecto de esa bella porcion del Occidente de la Península; no hemos vacilado un momento en emprender tamaña empresa, confiando en que se nos dispensarán las faltas cometidas, en gracia al patriótico obje to que nos guia en tan espinoso trabajo.

Además, debemos considerar á este Compendio como una adicion á los de geografía de España, pues prescindiendo de otras consideraciones de un órden mas elevado, mal podrá conocerse con perfeccion nuestra geografía física, por ejemplo, sin hacer un profundo estudio de la de Portugal, pues lo contrario fuera tratar de conocer el todo careciendo del conocimiento de una de sus principales y mas integrantes partes.

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