Tres comedias: Sin querer, De pequeñas causas, Los intereses creados

Voorkant
D. C. Heath & Company, 1918 - 189 pagina's
 

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Populaire passages

Pagina 61 - Todos llevamos en nosotros un gran señor de altivos pensamientos, capaz de todo lo grande y de todo lo bello. . . Y a su lado, el servidor humilde, el de las ruines obras, el que ha de emplearse en las bajas acciones a que obliga la vida . . . Todo el arte está en separarlos de tal modo que cuando caemos en alguna bajeza podamos decir siempre; no fue mía, no fui yo, fue mi criado.
Pagina 39 - Tabarín desde su tablado de feria solicitaba la atención de todo transeúnte, desde el espetado doctor que detiene un momento su docta cabalgadura para desarrugar por un instante la frente, siempre cargada de graves pensamientos, al escuchar algún donaire de la alegre farsa, hasta el picaro hampón, que allí divierte sus ocios horas y horas, engañando al hambre con la risa, y el prelado, y la dama de calidad, y el gran señor desde sus carrozas, como la moza alegre, y el soldado, y el mercader,...
Pagina 40 - Arte italiano, no tan regocijadas como solían, porque han meditado mucho en tanto tiempo. Bien conoce el autor que tan primitivo espectáculo no es el más digno de un culto auditorio de estos tiempos ; así, de vuestra cultura tanto como de vuestra bondad se ampara. El autor sólo pide que aniñéis cuanto sea posible vuestro espíritu. El mundo está ya viejo y chochea ; el Arte no se resigna a envejecer, y por parecer niño finge balbuceos... Y he aquí cómo estos viejos polichinelas pretenden...
Pagina xxxiii - Este que veis aquí, de rostro aguileno, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos, y de nariz corva aunque bien proporcionada ; las barbas de plata...
Pagina 105 - Pero, entre todos ellos, desciende a veces del cielo al corazón un hilo sutil, como tejido con luz de sol y con luz de luna, el hilo del amor, que a los humanos, como a...
Pagina 42 - Eres joven, de buena presencia; hasta ahora sólo supiste malgastar tus cualidades; ya es hora de aprovecharse de ellas. Ponte en mis manos, que nada conviene tanto a un hombre como llevar a su lado quien haga notar sus méritos, que en uno mismo la modestia es necedad y la propia alabanza locura, y con las dos se pierde para el mundo. Somos los hombres como mercancía, que valemos más o menos según la habilidad del mercader que nos presenta.
Pagina 39 - He aquí el tinglado de la antigua farsa, la que alivió en posadas aldeanas el cansancio de los trajinantes, la que embobó en las plazas de humildes lugares a los simples villanos, la que juntó en ciudades populosas a los más variados concursos, como en París sobre el Puente Nuevo...
Pagina 39 - ... con la risa, y el prelado y la dama de calidad y el gran señor desde sus carrozas, como la moza alegre y el soldado y el mercader y el estudiante. Gente de toda condición, que en ningún otro lugar se hubiera reunido, comunicábase allí su regocijo, que muchas veces, más que de la farsa, reía el grave de ver reír al risueño, y el sabio, al bobo, y los pobretes de ver reír a los grandes señores, ceñudos de ordinario, y los grandes de ver reír a los pobretes, tranquilizada su conciencia...
Pagina 43 - Hoy te recibirán con grandes cortesías, te dirán que su casa y su persona son tuyas, ya la segunda vez que llames a su puerta, ya te dirá el criado que su señor no está en casa ni para en ella; ya otra visita, ni te abrirán la puerta. Mundo es éste de toma y daca; lonja de contratación, casa de cambio, y antes de pedir ha de ofrecerse.
Pagina 105 - ... no todo es farsa en la farsa, que hay algo divino en nuestra vida que es verdad y es eterno y no puede acabar cuando la farsa acaba.

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