ALBANIO. Aunque mueras... NEMOROSO. Ya aquello va de veras. Suelta loco. ALBANIO. Déxame estar un poco, que ya acabo. NEMOROSO. Suelta ya. ALBANIO. Que te hago? NEMOROSO. A mi? no nada. ALBANIO. Pues vete tu jornada, y nunca entiendas En aquestas contiendas. SALICIO. Ha furioso! Afierra, NEMOROSO, y tenle fuerte. Quizá con espantallo habrá algun miedo. Mira quanto mas alta aquella sierra NEMOROSO. Bueno es esto: El olvidará presto la braveza. . SALICIO. Calla que asi se aveza á tener seso. 'ALBANIO. Cómo? azotado y preso? SALICIO. Calla, escucha. AL ALBANIO. Negra fue aquella lucha que contigo NEMOROSO. ALBANIO, compañero, calla agora, ALBANIO. Sabes algunas nuevas de mí? SALICIO. Loco. ALBANIO. Paso, que duermo un poco. SALICIO. Duermes cierto? ALBANIO. No me ves como un muerto? pues qué hago? SALICIO. Este te dará el pago, si despiertas, En esas carnes muertas, te prometo. NEMOROSO. Algo está mas quieto y reposado Que hasta aquí. Qué dices tú, SALICIO, SALICIO. En procurar qualquiera beneficio A la vida y salud de un tal amigo, NEMOROSO. Escucha, pues, un poco lo que digo, Del sacro Tórmes, dulce y claro rio, Con proporcion graciosa en el altura, Να No tanto por la fábrica estimadas, 4 Que con estrago y destruicion Romana (24) En el antiguo tiempo fue sanguino: Y en este con la propia la inhumana Furia infernal, por otro nombre guerra, Lo tiñe, lo ruina, y lo profana. El, viendo aquesto, abandonó su tierra, Por ser mas del reposo compañero, Que de la patria que el furor atierra. Llevóle á aquella parte el buen agüero De aquella tierra de Alba tan nombrada, Que este es el nombre della, y dél Severo. (25) A aqueste Febo no le escondió nada; An |