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El Príncipe Lichnowsky manifestó que era de esperarse que, una vez expirado el plazo señalado, Austria-Hungría emprendiera desde luego sus movimientos militares, si para ese tiempo no se hubiera recibido de Servia la aceptación incondicional de las demandas austrohúngaras en su totalidad. Su Excelencia indicóme, en lo privado, que Servia, por ningún motivo, debería dar una respuesta negativa a la nota, y que debería enviarse incontinenti una respuesta favorable a algunas de las demandas, a fin de que Austria-Hungría encontrara un pretexto para aplazar la acción inmediata.

Número 12

Sir Edward Grey a Mr. Crackanthorpe

(Telegrama)

LONDRES, Ministerio de Relaciones Exteriores,

24 de julio de 1914.

Servia debe comprometerse a dar la más amplia satisfacción a Austria-Hungría en caso de que quedase comprobada la complicidad de funcionarios servios, aún cuando fueren de grado subalterno, en el asesinato del Archiduque en Serajevo. Sin duda alguna, es su obligación manifestar su más hondo sentimiento por el hecho. Por lo demás, el Gobierno servio deberá contestar a las demandas austro-húngaras como mejor convenga a sus intereses.

Es imposible asegurar que, una vez expirado el plazo señalado, se podrán evitar las medidas militares de parte de Austria-Hungría, si no son aceptadas incondicionalmente todas las demandas. La única esperanza parece consistir en no dar una contestación negativa en general, y en contestar favorablemente a tantas demandas cuantas sea posible en vista del plazo.

El Ministro servio en esta me ha suplicado que el Gobierno de Su Majestad dé a conocer su opinión sobre el asunto; pero no puedo asumir la responsabilidad de declaraciones que abarquen más de lo que anteriormente he dicho, y ni eso quisiera declarar, sin antes saber las gestiones que los Gobiernos de Francia y Rusia lleven a cabo en Belgrado. Sírvase, pues, consultar con sus colegas francés y ruso acerca de la conveniencia de transmitir mis opiniones antes expuestas al Gobierno servio.

He insistido con el Embajador alemán en que Austria-Hungría no debe precipitar la acción militar.

Número 13

Nota comunicada por el Embajador ruso, con fecha 25 de julio

(Traducción)

M. Sazonof, con fecha 11 (24) de julio de 1914, comunicó por la vía telegráfica al Encargado de Negocios ruso, en Viena, lo siguiente:

La nota dirigida por Austria-Hungría a las potencias, al día siguiente de ser presentado el ultimátum en Belgrado sólo permite a las potencias disponer de un plazo demasiado limitado para que hagan las gestiones necesarias para allanar las dificultades que han surgido.

A fin de prevenir las fatales e incalculables consecuencias que resulten de las medidas tomadas por el Gobierno austro-húngaro, consecuencias que sufrirán en igual grado todas las potencias, este Gobierno juzga absolutamente necesario se prorrogue el plazo concedido para la respuesta de Servia. En vista de que Austria-Hungría ha demostrado su disposición a informar a las potencias de los resultados de la investigación en que el Gobierno Imperial y Real funda sus acusaciones, debería también dar a las potencias un término suficiente para estudiarlas; y si las potencias quedaren convencidas de la justificación de algunas de las demandas de Austria-Hungría, estarían en ese caso en condiciones de aconsejar al Gobierno de Servia.

Una negativa a prorrogar el plazo señalado en el ultimátum dejaría sin valor alguno las proposiciones hechas por el Gobierno austro-húngaro a las potencias, y sería, además, contraria a toda noción de relaciones internacionales. El Príncipe Kudachef tiene instrucciones de transmitir lo anterior al Gabinete de Viena.

M. Sazonof espera que el Gobierno de Su Majestad británica compartirá esta opinión, y confía en que Sir Edward Grey considerará oportuno dar instrucciones idénticas al Embajador británico en Viena.

Número 14

Sir Edward Grey a Sir G. Buchanan

(Telegrama)

LONDRES, Ministerio de Relaciones Exteriores,

25 de julio de 1914.

El Embajador de Austria-Hungría ha recibido instrucciones para explicar a este Gobierno que las medidas tomadas por el suyo en

Belgrado no tienen carácter de ultimátum, sino que constituyen una representación seria en que se señala un plazo para contestar; que si dentro de ese plazo no se cumplían las demandas de Austria-Hungría ese Gobierno se vería obligado a romper sus relaciones diplomáticas y a principar sus preparativos militares, no dándose a esta frase el sentido de operaciones militares.

En caso de que el Gobierno austro-húngaro no haya dado ya informes del mismo carácter en París [San Petersburgo], se servirá usted comunicar lo anterior al Ministro de Relaciones Exteriores a la mayor brevedad posible, lo que servirá para que la situación del momento sea un tanto menos delicada.

Número 15

Sir F. Bertie a Sir Edward Grey

(Telegrama.-Recibido 25 de julio)

PARÍS, 25 de julio de 1914.

Infórmame el Director Político interino que el Gobierno francés aún no ha recibido la explicación del Gobierno de Austria-Hungría a que se refiere el telegrama de usted de hoy. Sin embargo, por conducto del Ministro servio en esta, se ha hecho la misma indicación a Servia que la contenida en el telegrama de usted de ayer a Belgrado.2

Número 16

Sir F. Bertie a Sir Edward Grey

(Telegrama.-Recibido el 25 de julio)

PARÍS, 25 de julio de 1914.

El Encargado del Despacho de Relaciones Exteriores no tiene ninguna indicación que hacer, a no ser en el sentido de lo inconveniente que sería aconsejar una actitud moderada tanto en Viena como en Belgrado. Espera que la respuesta del Gobierno servio al ultimátum

1Véase documento número 14.

2 Véase el documento número 12.

de Austria-Hungría será lo suficientemente favorable para no obligar a esta última a tomar medidas extremas. Indica, sin embargo, que estallaría una revolución en Servia si se aceptaran las demandas de Austria-Hungría en su totalidad.

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Número 17

Sir G. Buchanan a Sir Edward Grey

(Telegrama.-Recibido el 25 de julio)

SAN PETERSBURGO, 25 de julio de 1914.

Esta mañana me avisté con el Ministro de Relaciones Exteriores para comunicarle, en extracto, el contenido del telegrama de usted de hoy a París, y esta tarde discutí con Su Excelencia sobre el texto de la nota que el Embajador francés sugirió se dirigiera al Gobierno servio, según el telegrama de usted de ayer a Belgrado.*

El Señor Ministro respondió que en lo referente al primer punto las explicaciones dadas por el Embajador de Austria-Hungría no concordaban por completo con los informes que de fuentes alemanas le habían llegado; y en lo que se refiere al segundo punto, tanto Su Excelencia como el Embajador francés convinieron en que era demasiado tarde para dirigir una nota en esos términos, considerando que el plazo expiraba esta noche. Manifestó, además, que Servia estaba dispuesta a seguir las indicaciones de usted y a castigar a los que resultaren culpables, pero que no era de esperarse que un estado independiente aceptara las demandas de carácter político que le habían sido presentadas. El Señor Ministro tenía la idea, por una conversación que tuvo ayer con el Ministro de Servia, que si Austria-Hungría atacara a Servia, el Gobierno servio evacuaría Belgrado y retiraría sus fuerzas hacia el interior, haciendo, a la vez, un llamamiento a las potencias para que le prestaran su ayuda. Su Excelencia vería con agrado el que se hiciera este llamamiento, indicando su deseo de que el asunto asuma carácter internacional, teniendo en cuenta que las obligaciones contraídas por Servia en 1908, a las cuales se refiere el ultimátum austro

Véase el documento número 14.

4Véase el documento número 12.

húngaro, no fueron con Austria-Hungría en lo particular, sino con las potencias en general.

En caso de que Servia acudiera a las potencias, Rusia estaría dispuesta a hacerse a un lado y a dejar el asunto en manos de Inglaterra, Francia, Alemania e Italia, y hasta era posible, a su juicio, el que Servia gestionara que el asunto se sometiera a arbitraje.

Al manifestar a Su Excelencia el vivo deseo que abrigaba de que Rusia no precipitara la guerra a causa de su movilización, mientras no hubiera usted tenido tiempo para hacer valer su influencia en favor de la paz, me aseguró que Rusia no alentaba propósitos hostiles y que no llegaría a medidas extremas antes de verse completamente obligada a ellas. La acción de Austria-Hungría iba dirigida en realidad contra Rusia, puesto que pretendía abolir el statu quo de los Balkanes y establecer en esa región su propia hegemonía. Era de opinión que Alemania en verdad no deseaba la guerra, pero que su actitud se resolvería al conocer la nuestra. Si nosotros nos aliáramos firmemente con Francia y Rusia, no habría guerra, mientras que si las abandonábamos a su suerte en las actuales circunstancias, correrían torrentes de sangre, y tarde o temprano nos veríamos envueltos en el conflicto.

Contesté que Inglaterra podría hacer el papel de mediadora en Berlín y en Viena, con mayores probabilidades de buen éxito como nación amiga, quien en caso de ser rechazados sus consejos de moderación, podría convertirse algún día en aliada que si se declarara de una vez en alianza con Rusia. Su Excelencia replicó que, por desgracia, Alemania estaba convencida de contar con nuestra neutralidad.

Hice cuanto pude por aconsejar la prudencia al Señor Ministro de Relaciones Exteriores, advirtiéndole que si Rusia llegara a movilizar, Alemania no se limitaría a la movilización o a permitir que Rusia hiciera otro tanto, sino que probablemente declararía la guerra incontinenti. Me contestó que Rusia no podría permitir que AustriaHungría aniquilara a Servia y llegase a preponderar en los Balkanes, agregando que en caso de estar segura de la ayuda de Francia, Rusia haría frente a todas las vicisitudes de una guerra. Me volvió a asegurar que no era su objeto precipitar un conflicto, pero que si Alemania no detenía la acción de Austria-Hungría, debería entonces considerarse la situación como desesperada.

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