Pagina-afbeeldingen
PDF
ePub

Rusia tiene motivos también para creer que Alemania emprende preparativos militares muy activos, y en vista de ello, Rusia no podrá permitir que se le adelanten.

Número 114

Sir Edward Grey a Sir F. Bertie y Sir E. Goschen

(Telegrama)

LONDRES, Ministerio de Relaciones Exteriores, 31 de julio de 1914.

Abrigo aún la esperanza de que la situación no sea desesperada, pero en vista de la próxima movilización alemana es indispensable que el Gobierno de Su Majestad, en virtud de los tratados existentes, averigüe si el Gobierno francés (alemán) tiene la intención de obligarse a respetar la neutralidad de Bélgica, en tanto no sea violada por ninguna ctra potencia.

Una pregunta de igual tenor se dirige al Gobierno alemán (francés). Urge una respuesta inmediata sobre este particular.

Número 115

Sir Edward Grey a Sir F. Villiers, Ministro de la Gran Bretaña

en Bélgica
(Telegrama)

LONDRES, Ministerio de Relaciones Exteriores,

31 de julio de 1914.

En vista de los tratados existentes, sírvase informar al Ministro de Relaciones Exteriores que ante la perspectiva de una guerra europea, me he dirigido a cada uno de los Gobiernos francés y alemán, preguntándoles si están dispuestos a respetar la neutralidad de Bélgica, siempre que no sea violada por ninguna otra potencia. Sírvase, además, manifestarle mi creencia de que el Gobierno belga hará cuanto esté de su parte para mantener su neutralidad. Deseo y espero que las otras potencias la observen y respeten.

Sírvase pedir al Gobierno belga una respuesta inmediata sobre este particular.

[blocks in formation]

Es creencia general en este país que los tratados y obligaciones británicos no están comprendidos hasta este momento en la presente controversia. La opinión pública se manifiesta de distinta manera a la que se observó durante la crisis de Marruecos. En esa ocasión, la controversia afectaba directamente a Francia, mientras que en el caso actual Francia está siendo arrastrada a una controversia que no es de su incumbencia.

Creo que es enteramente inexacto que nuestra actitud haya sido un factor de peso en la situación actual. El Gobierno alemán no espera

nuestra neutralidad.

No podemos obligarnos definitivamente a intervenir en una guerra, y así lo he manifestado al Embajador francés, quien ha suplicado al Gobierno de Su Majestad que nuevamente reflexione sobre esta

resolución.

Le he manifestado que no habría justificación para obligarnos en los actuales momentos, pero que tan luego como ocurra algo nuevo, sin duda, volveremos a estudiar el asunto.

Número 117

Sir F. Bertie a Sir Edward Grey

(Telegrama.-Recibido el 31 de julio)

PARÍS, 31 de julio de 1914.

A las siete de la noche de hoy, el Ministro de Relaciones Exteriores mandóme llamar.

En el momento en que yo llegaba, salía el

45 Véase doc. núm. 99.

Embajador alemán, quien había manifestado a Su Excelencia que en vista del decreto de movilización general del ejército y armada rusos, su Gobierno había dirigido al ruso un ultimátum en el que se le exigía que el Gobierno ruso diera contraórdenes de movilización.

Si dentro de doce horas, el Gobierno ruso no se compromete a cumplir con la demanda del Gobierno alemán, éste juzgará necesario decretar la movilización total de su ejército en las fronteras rusa y francesa.

El Ministro de Relaciones Exteriores ruégame poner este dato en conocimiento de usted, preguntando, al mismo tiempo, qué actitud asumirá Inglaterra ante las actuales circunstancias.

El Embajador alemán no pudo precisar cuando terminaría el plazo de doce horas concedido. Convino en que iría nuevamente al Ministerio de Relaciones Exteriores mañana (sábado) a la una de la tarde para conocer la resolución del Gobierno francés sobre la actitud que asumirá en las actuales circunstancias. Insinuó que tal vez pediría sus pasaportes.

El Embajador ruso me informa que no tiene conocimiento de que se haya hecho ninguna movilización general de las fuerzas de su país.

Número 118

Sir M. de Bunsen a Sir Edward Grey

(Telegrama.-Recibido el 31 de julio)

VIENA, 31 de julio de 1914. Infórmame el Conde Forgach, Subsecretario de Relaciones Exteriores, que aún cuando Austria-Hungría se haya visto obligada a responder a la movilización de Rusia, lo cual deplora, el Embajador austro-húngaro en Londres tiene instrucciones de participar a usted que no deberá considerarse necesariamente la movilización como un acto hostil de parte de cualquiera de las dos potencias; que se están cambiando telegramas el Emperador de Alemania y el Zar de Rusia, y el Embajador austro-húngaro en San Petersburgo hace gestiones en estos momentos con el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia. Ardientemente esperaba que mediante estos esfuerzos podría evitarse una guerra general. Al manifestarle mi temor de que Alemania movili

zase, respondióme que, a su juicio, ésta tendría que tomar medidas para su propio resguardo. En lo que se refiere a la ingerencia de Rusia a favor de Servia, era difícil que Austria-Hungría reconociera este derecho. Llamé su atención hacia el hecho de que durante las negociaciones relativas a la frontera de Albania que tuvieron lugar en la Conferencia de Embajadores en Londres, el Gobierno ruso había apoyado resueltamente a Servia, habiéndose llegado a uno transacción entre las opiniones de Rusia y Austria-Hungría referente a la línea divisoria que finalmente se fijó. Aunque el tono de su conversación fué conciliador, manifestándome que no juzgaba desesperada la situación, no pude conseguir que me hiciera ninguna indicación de que se aceptaría una transacción análoga en el caso actual. El Embajador ruso a quien he comunicado los términos de esta conversación, se entrevistará esta tarde con el Conde Forgach.

El Embajador ruso ha declarado que su país no desea intervenir de una manera indebida en los asuntos de Servia; que el actual Ministro ruso en Belgrado es un hombre de ideas muy moderadas, comparado con su predecesor; y que en lo tocante a las demandas austro-húngaras, Rusia había aconsejado a Servia que las acatara hasta donde le fuera posible, sin sacrificar su independencia. Su Excelencia esfuerzase grandemente en favor de la paz.

Señor:

Número 119

Sir Edward Grey a Sir F. Bertie

LONDRES, Ministerio de Relaciones Exteriores,

31 de julio de 1914.

M. Cambon se refirió hoy a un telegrama procedente del Embajador francés en Berlín, que llegó a conocimiento de Sir A. Nicolson esta mañana, en el que se dice que nuestra vacilación sobre si intervendríamos o nó, era lo que animaba a Alemania a adoptar una actitud no muy conciliadora; y que si definitivamente nos declarábamos en favor de Rusia y Francia, ello vendría a resolver la actitud de Alemania en favor de la paz.

Respondí que la idea de que hubiéramos hecho creer a Alemania que

no intervendríamos era errónea. Yo había rechazado indicaciones para prometer que permaneceríamos neutrales. No sólo habíame negado. definitivamente a dar alguna seguridad sobre esto, sino que esta mañana llegué hasta decirle al Embajador alemán que si Francia y Alemania. se vieran envueltas en una guerra, nosotros también los seríamos. Esta declaración naturalmente no equivalía a un compromiso con Francia, y la referí a M. Cambon exclusivamente para demostrarle que no. habíamos dejado a Alemania en la impresión de que permaneceríamos neutrales.

Pidióme luego M. Cambon mi respuesta sobre lo que me había preguntado ayer.

Repliquéle que en el Consejo de Ministros celebrado esta mañana, se había tomado el acuerdo de que por el momento nos era imposible obligarnos, y aunque tendríamos que dar cuenta al Parlamento de nuestra resolución no podríamos comprometerlo de antemano. Hasta este momento no juzgamos nosotros, ni la opinión pública juzga, que esté comprometido ninguno de los tratados u obligaciones de la nación. Acontecimientos posteriores podrían cambiar este modo de pensar y obligar al Gobierno y al Parlamento a considerar que fuera justificada la intervención. La conservación de la neutralidad de Bélgica podría ser un factor importante, aun cuando no me atrevería a decir el decisivo, para definir nuestra actitud. Sin considerar la resolución que presentaríamos al Parlamento de intervenir o nó en la guerra, éste desearía conocer nuestra actitud respecto de la neutralidad de Bélgica, y probablemente yo dirigiría una nota tanto a Francia como a Alemania, preguntándoles si cada una estaba dispuesta a comprometerse a no ser la primera en violar esta neutralidad.

Volvióme a preguntar M. Cambon si prestaríamos nuestra ayuda a Francia, en caso de ser atacada por Alemania. Respondile que me limitaba a la misma respuesta anterior, al efecto de que, dadas las circunstancias actuales, nos era imposible comprometernos.

Acentuó M. Cambon que desde un principio todas las proposiciones que pudieran haber conducido a la paz habían sido rechazadas por Alemania; y que por ningún motivo convendría a los intereses de Inglaterra que Francia fuese aniquilada por Alemania. En ese evento nuestra situación respecto de Alemania sería empequeñecida. En 1870 fué un gran error de parte de Inglaterra permitir el enorme desenvolvimiento de la fuerza de Alemania, y reincidiríamos ahora en el mismo.

« VorigeDoorgaan »