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dell' antiqua arte di parlare da lungi in guerra, cavala da' Greci e da Romani scrittori, e accomodata á presenti bisogni della nostra milizia. Torino, 1790: imp. por G. M. Briolo, en 8.o mayor. Dedicó esta obra al conde Morozzo, mayor del regimiento de Susa etc. Consta, la prefacion de XXIV págs. y la obra de 189, con cuatro láminas que manifiestan los modos de esta locucion: puede considerarse como los principios elementales de la telegrafía, é instruye en cuanto griegos y romanos hicieron sobre tan importante invencion. Tradújola al castellano D. Salvador Ximenez Coronado, director del observatorio astronómico de Madrid: imp. por Ibarra en 1795, 8.° marquilla.=Latassa, Escrit. aragon. tom. 6.o, págs. 268 á 274; y antes Sempère, Escritores del reinado de Carlos III, págs. 7 y 8, habia dedicado al P. Requeno otro honorífico artículo con motivo de su Saggi sul ristabilimento dell' antica arte de Greci é de Romani Pittori, imp. en Venecia 1784; en que demostró la ventaja de pintar al encausto ó con ceras desleidas, en lugar de pintar al óleo.

DON VICENTE DE LOS RIOS, coronel de artillería, caballero del hábito de Santiago, académico de número de las reales Academias de la Historia, Española y de Buenas letras de Sevilla, y socio de la real sociedad económica Matritense. Nació en Córdoba á fines del año 1736, ó principios del siguiente, y murió en Madrid á 2 de junio de 1779. Comenzó su carrera militar en el regimiento de dragones de Villaviciosa el 30 de agosto de 1757, y en 22 de junio de 1760 ascendió á subteniente del cuerpo de artillería, donde permaneció hasta su fallecimiento. Fué profesor de esta facultad en el colegio de Segovia: se halló durante la guerra de Portugal en el sitio y toma de Almeida el año 1762: obtuvo el titulo de caballero de la órden de Santiago en 20 de febrero de 1779; y sus conocimientos cien

tíficos, su exquisita erudicion, su buen gusto en la literatura, y la elegancia y pureza de su estilo, le hicieron digno de los elogios de todos los cuerpos sabios de que fué individuo, y del lugar preeminente y honorífico que estos le han dado entre los escritores castellanos de nuestros tiempos. (Nav. Vida de Cerv., edic. de 1819, nota 45 de la parte II, págs. 557 y 58).

Escribió entre otras obras, y por lo que hace á la presente Biblioteca:

que

Discurso sobre los ilustres autores é inventores de artillería han florecido en España desde los Reyes católicos hasta el presente. Madrid, por Joaquin Ibarra. Año MDCCLXVII. -Un tomo en 8.° marquilla de 144 págs.

Esta obrita, aunque compuesta siendo el autor muy jóven, la presentó ó dirigió á la Real Academia de la Historia; la cual, habiéndola hecho examinar y enterada de la censura ó informe en junta de 30 de agosto de 1765, le concedió licencia de usar el título de académico en la impresion, por juzgar la obra digna de darse al público. Así lo estimó tambien muchos años despues, cuando habiéndose hecho raros los ejemplares sueltos de esta primera edicion, acordó se incluyese en el tomo 4.o de sus Memorias publicado el año 1805. Lástima es que no se hayan conservado las adiciones que el autor habia hecho á este Discurso y dejó inéditas cuando falleció.

Con motivo de haber descubierto el baron de Zach (correspond. astronom. etc., vol. XLV, pág. 36) que la invencion de los cohetes á la congreve hecha en nuestro tiempo, era tan antigua y tan española, como que trató de ella Luis Collado en su Manual de artillería impreso el año 1586, le remiti en 31 de enero de 1826 un ejemplar del Discurso de Rios, que apreció mucho, y le dió á conocer en Europa, haciendo un resúmen de los hombres ilustres que comprende en dicho tom. XLV, núm. III, pág. 234.

Discurso para la apertura de la escuela de táctica de artilleria, dicho en el real colegio militar de Segovia por el capitan D. V. de los R., teniente de la compañía de caballeros cadeles del Real cuerpo de artilleria, académico de número y revisor de la Real Academia de la Historia, supernumerario de la Española, y de la de Buenas letras de Sevilla, socio de erudicion de la regia sociedad. Madrid, MDCCLXXIII. Por D. Joaquin Ibarra, impresor de cámara de S. M.

Trató en este Discurso sobre la necesidad de la táctica de artillería para desempeñar el servicio de S. M., no sole con el fin de corresponder á la honra y confianza que habia merecido al rey y á la benignidad de sus superiores al encargarle la enseñanza de aquella ciencia, sino para persuadir á los jóvenes discípulos de las ventajas y gloria que debia resultarles de su aplicacion y esmero, como un incentivo eficaz que les hiciese mas gustoso el trabajo, suave el estudio y agradables las vigilias.

Instruccion militar cristiana, traducida del francés para uso de los caballeros cadetes del real colegio militar de Segovia, por el capitan D. V. de los R.-Madrid, MDCCLXXIV. Por D. Joaquin Ibarra, impresor de cámara de S. M.

Con arreglo á lo prevenido en las ordenanzas de aquel colegio, donde se declara expresamente que el objeto preferente en el gobierno y direccion de sus alumnos ha de ser el respeto á la religion y á la pureza de las costumbres, é interesándose en esto vivamente el religioso ánimo del rey (el Señor D. Carlos III), pareció muy oportuna para el mejor logro de este fin la Intruccion cristiana que está inserta en las Horas militares impresas en París el año 1771. A las ideas claras y sencillas que da de la religion, reune sólidas y juiciosas máximas para el arreglo y conducta de los militares, no solo en la línea moral, sino tambien en el trato y porte civil; lo que unido á la facilidad de su método y estilo, la hace sumamente apreciable y propia para la educa

cion de los cadetes del colegio; y por lo mismo excitó el zelo de sus gefes y directores para disponer la traduccion de esta obra.

El concepto que merecieron sus obras, junto con el mérito contraido anteriormente en la carrera militar, y sus demás circunstancias recomendables, le grangearon el aprecio y estimacion del soberano, y tuvo la gloria de que S. M. se dignase manifestarlo, diciendo públicamente cuando supo el peligroso estado de su salud: sentiré que se muera, porque perderé un buen oficial. Perdieron con efecto el rey y la patria un buen soldado, y perdió la academia un ilustre miembro; pero vivirá eternamente en su memoria. (La Academia Española en su prólogo á la gran edicion del Quijote de 1780, pág. XIII); y allí mismo, tratando de que Rios se habia propuesto hacer analisis de las demás obras de Cervantes, como lo habia hecho del Quijote, añade: "pero cuando la Academia esperaba recoger estos nuevos « frutos de su bien cultivado ingenio, tuvo que llorar su << temprana muerte, igualmente que los demás ilustres cuer<< pos de que era individuo, y con particularidad el real «< cuerpo de artillería, á quien dejó un monumento indele<«< ble de su amor y de su ciencia militar en la Táctica de ar« tillería, que trabajó con incesante desvelo, y concluyó « poco antes de morir. Habla mas adelante de que su cons<< tante aplicacion y anhelo por concluir cuanto antes la Táctica no le permitió acabar del todo el analisis" (del Quijote).

Sin embargo de esta asercion de la Academia, de haber concluido Rios su Táctica poco ántes de morir; al publicarse en 1784 el Tratado de artilleria de D. Tomás de Morla, capitan de aquel cuerpo, dijo este autor en su prólogo (página XXII): "El (Tratado) de artillería encargado principalmente al erudito y sabio oficial D. Vicente de los Rios, <«< estaba incorrecto é incompleto por sus ocupaciones y tem

«

«

« prana muerte; con cuyo motivo, y el de ser obra mia mu« cha parte de él, trabajada en sus ausencias, se me mandó completarlo, corregirlo y uniformarlo. El Tratado ha <«< perdido mucho en este trueque; pero solo me tocaba obe« decer."¿Y cómo pudo perder mucho en ese trueque un trabajo incorrecto é incompleto en corregirlo, completarlo y uniformar sus doctrinas? Quien haya leido las obras de Rios no habrá dejado de admirar su buena lógica, la precision de sus razonamientos y su bello estilo; calidades que eran mas de esperar en una obra que le ocupaba con tanto afan, y que dejó concluida al tiempo de su fallecimiento, segun dice la Academia; no siendo de creer que en los cinco años que mediaron desde 1779 á 1784 se hiciesen tan importantes adelantamientos en esta parte de la ciencia militar, que pudiera contemplarse la obra de Rios como rancia, anticuada y envejecida.

De otras obras de Rios, aunque no sean de este lugar, nos parece por la grata memoria debida á su distinguido mérito, hacer tambien, como de paso, alguna breve mencion, á ejemplo de otro moderno escritor del mismo cuerpo. (Sa-las, Mem. hist. de la artillería española, págs. 191 á 193: 1.a Vida de Miguel de Cervantes Saavedra: 2.a Memorias de la vida y escritos de D. Esteban Manuel de Villegas): 3. Analisis del QUIJOTE. Leyó en la Academia Española la primera de estas obras en el año 1773, y la tercera en 1776; y la Academia, juzgándolas escritas con buen gusto, selecta erudicion y mucho juicio, acordó publicarlas al frente de la magnífica edicion del QUIJOTE que dió á luz en 1780, insertándose asimismo en las que repitió la Academia en 1782 y 1787. (Véase Vida de Cervantes por Nav., parte II, páginas 216 á 218). En el año 1774, contrayéndonos á la segunda de estas dichas tres obras, publicó el señor Rios, impresa en Madrid por D. Antonio de Sancha, la segunda edicion de las Eróticas y traduccion de Boccio de D. Esteban

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