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bierta con losas perfectamente labradas, de piedra llamada janamo, lo mismo que la parte superior de la gradería ó escalones. No alcanzamos á comprender como en construcciones de esta naturaleza pueda existir espacios vacios ó salones en su interior, sino es teniendo magníficas y muy resistentes võbedas. Respecto el camino subterráneo para Ihuatzio, no creemos ni probable su existencia.

Se comprende ahora perfectamente el por qué están cubiertas las yácatas, pues se vé patentemente que el abandono, la acción del tiempo y los elementos hicieron caer la parte superior de ellos sobre su base, que merced á esta indirecta salvaguardia, se há conservado en perfecto estado. La piedra toda que cubre á la serie de monumentos, es igual al material empleado en su construcción, que no se encuentra sino á distancia de algo mas de una legua de ese lugar.

En nuestro concepto, estos monumentos eran templos y á la vez lugares de defensa ó fortificación y no casas habitaciones; tras de esta primera serie y á regulares distancias, en el poco espacio que pudimos examinar, se ven restos de otras series y en el intermedio de una y otra se notan como cimientos de habitaciones, siendo cosa facil y comun encontrar en esos lugares intermedios, ídolos penates, utensilios domésticos de barro, instrumentos de cobre, tzinapu y piedra; todo nos confirma que allí estaban las casas de habitación.

¿Podría acaso haberse encontrado en alguno de aquellos parajes el real palacio? no lo creemos, fundados en lo que Beaumont nos refiere al escribir, que el barrio mas pobre y humilde de Tzintzuntzan fué elegido por los primitivos PP. Franciscanos para su habitación, y encontrándose en este los citados monumentos, no debe ser el que habitaba el Rey. En el piso que forma la base de la pirámide, pues ésta es propiamente la forma del monumento, únicamente con los ángulos del frente redondeados, se encontraron una vasija pintada de rojo, negro y

blanco y unos adornos ó dijes de un collar, de figura triangular, con sus lados en forma de sierra y fabricadas de pizarra y esteatita.

Öcurre desde luego investigar si tales objetos son contemporáneos á la construcción de las yácatas; á nuestro parecer las creemos muy posteriores.

El material, modo de construcción, forma de los monumentos y demas, es de los mas primitivos y apenas podemos hallarles semejanza con los de Casas Grandes, principalmente, y los de la Quemada.

La "Relación de Mechuacan" dice: "Muerto este se"ñor pasado, (Sicuirancha) dejo dos hijos que se llamaron "de su nombre Vapeani y Pavacume, en este tiempo te"nia ia su cu Xaratanga en Mechuacan (Tzintzuntzan)" "¿Serán acaso estas yácatas el cué de Xaratanga?..

En nuestro concepto pertenecen estas construcciones á los tiempos remotísimos de la historia, quizá á los primeros pobladores de Michoacan, anteriores en mucho á los chichimecas vanaceos. En ninguna parte hemos visto mayor número de monumentos de este género, que en la parte Oeste de Tzacapu, ocupan ellos una extensión de casi ocho leguas de terreno montañoso. Todo Michoacan está sembrado de ellos, principalmente en las montañas, y hemos podido puntualizar, que cuando son de pequeño tamaño, sirven de sepulcro y entonces si se encuentra en su interior preciosidades arqueológicas, y cuando tienen gran extension y tamaño, cómo el de las que nos ocupa, son templos y fortificaciones.

Todas tienen el frente al Poniente y su mayor extensión de Norte á Sur. Réstanos solo decir que en vano hemos buscado la significación y origen de la palabra yácata, creyendo que el que le asigna Beaumont y el indio intérprete de las pinturas, lo dan por inferencia; indicio es ello tambien de la antigüedad de el objeto así designado, pues que ni entre los mismos indios hay ciencia cierta de su significado exacto. Dr. N. LEON.

NOTA

SOBRE LA TOPONIMÍA TARASCA

POR EL DR.

ERNESTO T. HAMY,

Conservador del Museo Ethnogràfico

del Trocadero.

Hé aseverado, en el curso de mi comunicación acerca de los Opatas, leido en nuestra última sesión, que el pueblo tarasco, que habita Michuacan y el sur de Guanaxuato, se caracteriza, en el mapa, por las finales en ro de sus nombres de lugar. (1.)

Esta afirmación me há valido, de parte de un colega que se interesa particularmente en las cuestiones de geografía éthnica, una objeción que me creo en el deber de reproducir para responderla.

"Si el sufijo ro, dice mi correspondiente, es especial

(1) "RO es una de las terminaciones de colectivo que tambien se traduce por la preposicion en." (D. Fr. Pimentel. Cuadro descriptivo y comparativo de las lenguas indígenas de México. t. 1. p. 306. México, 1862, en 8o)

á la nomenclatura tarasca, ¿cómo es que Querétaro, "capital de un Estado en que el tarasco es desconocido. "tiene esta final?"

La respuesta á esta objeción está extensamente consignada en una de las obras de Orozco y Berra. Este sabio historiador há, en efecto encontrado, en un ms. de fines del siglo XVI. cuyo autor es Hernando de Vargas una narración de la fundación de Querétaro (1), en la cual se lé que esta ciudad debe su nombre á los TarasCOS. Estos Indios acompañaban á Hernando Perez de Bocanegra que partió de Acámbaro, en Michuacan, hácia 1570, para visitar las comarcas desconocidas del Nord-Este; ellos impusieron al lugar en donde se fundó despues Querétaro el nombre de Querenda (peña), el pueblo que allí se reunió despues le llamó Quréndaro (pueblo de peña) (2), trasformado despues en el de Querétaro (3).

El nombre de Santiago Papazquiro, situado más al Norte, en el Estado de Durango, reconoce un orígen anàlogo. Esta cabezera de Distrito, de la cual nada dice mi correspondiente, es de reciente fundación; há sido desde luego el asiento de uno de los cuatro partidos de las misiones fundadas por los jesuitas, entre los Tepehuanes.

Los otros nombres en ro que yo he podido descifrar

(1) Relacian de Querétaro ap. Man Orozco y Berra, Geografía de las lenguas y carta etnográfica de Mexico. México 1864, gr. en 8o p. 258. Esta narracion auténtica quita todo valor á las aserciones de que García Cubas se ha hecho eco en el texto de la lámina XV. de su Atlas. Segun estas opiniones, la fundación de Querétaro remontará á 1445, y esta ciudad habria formado parte de el imperio de Motecout

zoma 1o.

(2). D. Fr. Pimentel ortografia la palabra Keréńdharo y la traduce por lugar de peñas. (op. cit. pag. 382.)

(3) Habia ya en Michuacan un Querétaro en donde se levantaba un monumento religioso llamado Cu, cuya dedicación es mencionada en el manuscrito del siglo XVI conocido bajo el nombre de "Relación de Mechuacan" (Cf. Orozco y Berra. Historia antigua y de la Conquista de México, Mexico 1880 en 8° t. II pag, 549 y 567,)

se agrupan en un circulo irregular, y de los cuales el lago de Patzcuaro, es casi el centro.

Al dibujar la carta que presento á la sociedad, que no comprende menos de cuarenta y ocho nombres de localidades de varia importancia, he puesto en mi croquis los límites asignados á la lengua tarasca por Manuel Orozco y Berra (1).

Facil es comprobar que la carta toponímica y la carta linguística, coinciden casi exactamente.

La extensión de los nombres en ro, es sin embargo, un poco menor que la de la lengua á la cual ellos pertenecen, en la dirección del nor-oeste, en donde los márgenes de la laguna de Chapala presentan, en revancha, un cierto número de nombres de origen nahuatl.

Yo me propongo demostrar, en una memoria especial, que estos son los vestigios de colonias dejadas por los Aztecas durante el tiempo de sus inmigraciones, que tiene por punto de partida una de esta laguna.

Los nombres en ro son raros en los distritos meridionales de lengua tarasca: más esta rareza se explica por la poca densidad de los pobladores en esta parte del territorio. Basta echar una ojeada sobre una carta detallada del pais para comprender que está casi desierto en toda la región designada bajo el nombre significativo de mal pais.

Exacta es la aserción de nuestro estimable amigo el Sr. Dr. Hamy. Tiene el primer lugar en su significación toponímica el sufijo ro, pero no es el exclusivamente empleado; viene en seguida eo, despues iro y finalmente o y an o sola n El erudito Sr. General Riva Palacio en la Historia del Vireynato, 2o volumén de México á través de los siglos asegura que "la terminación eo indica

(1) La carta comprendería bien más, si fuere posible poner en su lugar los numerosos nombres de lugar en ro que se hacen mención en la Relacion de Mechoacan, citada más arriba.

ANALES.-10.

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