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ción y colocación de las poesías, y, ante todo, por la limpísima estampación de todas las planas, cuya regularidad hace que sean lo mismo la primera que la última de las diez u once mil que componen la obra.

Y lo más asombroso es que no empleó más de tres años en tan vasta y delicada publicación, llena de prólogos, índices, catálogos y uno muy extenso y general al fin de la obra.

No describiremos tomo por tomo esta colección del fecundisimo Lope de Vega; su lista llenaría muchas páginas. Daremos la portada del primero y último volumen, pues en lo material son todos iguales:

Colección de las obras sueltas, assi en prosa, como en verso, de D. Frey Lope Félix de Vega Carpio, del hábito de San Juan. Tomo I. Con las licencias necesarias. En Madrid. Año de M.DCC.LXXVI. En la Imprenta de D. Antonio de Sancha. En la Aduana vieja, donde se hallará. 4.o mayor; 27 hojas prels. (con varias numeraciones) y 530 págs. Al principio, un retrato de Lope grabado por Moreno Tejada.

Contiene este tomo el Laurel de Apolo, La selva sin amor, varias epístolas y otras poesías

cortas.

Colección de las obras sueltas... Tomo XXI. En Madrid. En la Imprenta de D. Antonio de Sancha. Año de M.DCC.LXXIX. En la Aduana vieja, donde se hallará. 4.o mayor. xvi-557 páginas.

Dirigió esta edición con bastante acierto y diligencia D. Francisco Cerdá y Rico, quien puso al frente de cada obra los preliminares más esenciales de las impresiones antiguas, ejemplo excelente que no fué seguido luego, ni aun en el siglo xix, en la Biblioteca de Autores Españoles, por citar sólo la más importante publicación literaria del mismo.

Como el inagotable caudal poético de Lope no acaba nunca de conocerse por completo, hoy pueden añadirse muchísimas composiciones a la colección de Sancha; pero esto no le quita ni un ápice de su mérito, que representa un esfuerzo como quizás hoy no podría hacerse de primera intención y por un hombre solo, y que produjo consecuencias extraordinarias. en España y fuera de ella, no sólo para rehabilitar la incomparable memoria de hombre tan milagroso, sino por el respeto que comen

zó a inspirar nuestra vieja literatura. ¡Loor y aplauso eternos a los modestos pero animosos editores que supieron levantarle tan excelso monumento!

Como es sabido, esta colección abarca las poesías líricas, los poemas y las novelas de Lope; sólo porque estaban incluídas en los primitivos tomos se estamparon unas cuantas comedias de las quinientas y más que hoy conocemos del monstruo de la naturaleza. Reimprimió Sancha los tomos sueltos de varias obras publicados por el autor y sus herederos y amigos, con más un buen número de elogios que él puso a otros libros, o de poesías en ellos incluídas por cualquier concepto. Esta parte puede ser hoy muy aumentada.

La nota exacta de los tomos publicados en cada año es como sigue: En 1776, los tomos I, II, III, IV y V. En 1777, los VI y siguientes hasta el XV inclusive. ¡Diez volúmenes en un año! En 1778, los XVI a XXI. Y en 1779, los XX y XXI.

Y aun se creyó obligado a disculparse de tardanza, escribiendo en el prólogo del tomo XX: «Aunque habíamos ofrecido dar el tomo XX de la presente colección por todo el año pasado, creyendo que sería el último, nos hemos visto obligados, a pesar nuestro, a dilatarla, así porque no cupieron en un volumen, según teníamos proyectado, la Fama póstuma y las Exequias celebradas en Italia, como porque nos pareció conducente en una obra tan vasta añadir varios y copiosos Indices para su más fácil manejo, en lo cual se ha consumido el tiempo que ellos mismos manifiestan. Y así esperamos que el público nos perdone esta tardanza», etc.

Y todo esto, sin interrumpir las ordinarias. tareas de la casa, sin dejar de intercalar otras obras ideadas por Sancha y sus amigos y hasta de emprender y dar comienzo a nuevas colecciones.

En el mismo año de 1776, en que salieron los primeros tomos de Lope, dió Sancha al público La Araucana. Parte I, dirigida al rey D. Fe'ipe nuestro señor. Su autor Don Alonso de Ercilla y Zúñiga, Caballero de la Orden de Santiago, Gentilhombre de la Cámara de la Magestad del Emperador. En Madrid, por D. Antonio de Sancha. Año de M.DCC.LXXVI. Se hallará en su casa, en la Aduana vieja. 8.o marq.;

LVI-298 págs. y un mapa plegado. La Araucana. Parte II, 413 págs.

En el tomo I va un «Prólogo del Impresor sobre la vida de D. Alonso de Ercilla y Zúñiga». Este prólogo y la revisión de la obra, según se dice en la Noticia critica, atrás mencionada, son del bibliotecario D. Juan Antonio Pellicer. Además reimprimió los preliminares de la edición de 1590, hecha por el Licenciado Cristóbal Mosquera de Figueroa. Tiene el tomo I un retrato de Ercilla, copia del de 1590, grabado por Juan Moreno de Tejada, y ambos tres láminas dibujadas por A. Carnicero y grabadas por Moreno Tejada y J. Joaquín Fabregat, que representan la batalla de Valdivia, el desembarco en el puerto de la Concepción, de Chile, y la prisi 'n del cacique Caupolicán. El mapa describe una parte de Chile en que pasan los sucesos del poema; es obra de D. Tomás López, quien lo tomó de uno inédito y antiguo.

En lo material, esta edición es semejante a la de las Eróticas, de Villegas, y a otras de nuestros clásicos. En 1778 hizo una reimpresión de la Araucana.

En el año de 1777, además de los diez volúmenes de la gran colección de Lope y de otras obras ya reseñadas, todavía pudo Sancha imprimir la Filosofia de la elocuencia, segunda obra de Capmany, muy variada luego en subsiguientes ediciones, que la mejoraron y relegaron al olvido la primera; una buena edición de la Expedición a Oriente de los catalanes y aragoneses, por D. Francisco de Moncada, ambas en octavo marquilla, y el célebre poema de Villaviciosa, con este título:

La Mosquea, poética inventiva, en octava rima, compuesta por Don Joseph de Villaviciosa. Tercera impresión. Con licencia. En Madrid, por D. Antonio de Sancha. Año de M.DCC.LXXVII. En su Libreria a la Aduana vieja. 8.° marq.; XLVI-315 págs. Lleva un retrato inédito de Villaviciosa tomado de un óleo de casa del autor, y dibujado por A. Carnicero y grabado por Moreno Tejada. En lo demás, la edición es como las Eróticas, de Villegas. Fué dirigida por D. Francisco Cerdá y Rico, que escribió la nueva vida del poeta y reprodujo los preli minares de las anteriores impresiones. Este poema, en valientes y rotundas octavas JUNIO, 1923.

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reales, es, a pesar de su asunto trivial y ridículo, una de nuestras obras clásicas de poesía, digno de compararse con la Araucana y superior a casi todos los demás.

En este mismo año de 1777, tan atareado para Sancha, empezó, sin embargo, la publicación de las obras de Cervantes, colección que no podia menos de figurar entre las suyas. Veamos con qué ventajas, pues también el gran escritor le debió atención no escasa, aumentos de gloria y hasta no poca novedad en los trabajos que hubo de dedicarle.

Comenzó imprimiendo en el indicado año de 1777 el Quijote, en 4 tomos en octavo marquilla, que costcó la Real Compañía de Impresores y Libreros de esta corte, de la que era Sancha uno de los principales accionistas. Esta edicion reproduce la bella de D. Joaquín Ibarra de 1771, con las mismas 33 láminas, dibujadas por José Camarón y grabadas por Manuel Monforte; pero es aún más hermosa que ella, porque se dejaron al libro mayores márgenes. En cuanto al papel, tipos y adornos, son idénticos a los que aparecen en la de Ibarra. Parece que había cierta competencia entre ambas imprentas, emulación que refluyó en beneficio del arte y en el contento del público. Este Quijote contiene la Vida de Cervantes, escrita por D. Gregorio Mayaus.

No quedó, sin embargo, contento Sancha, y quiso tener un Quijote exclusivamente suyo y bien anotado, que encargó a su colaborador en otras obras, D. Juan Antonio Pellicer, pero que no pudo ver impreso en sus días, pues no salió a luz hasta 1797.

Entre tanto, preparó las demás obras cervantinas; y cuatro años después del Quijote publicó los Trabajos de Persiles y Sigismunda; Historia Setentrional. Por Miguel de Cervantes Saavedra... Por Don Antonio de Sancha. Año de M.DCC.LXXXI. Se hallara en su Libreria, en la Aduana Vieja. 8.° marq.; 2 vols.; el 1.o de xv1-4-394 págs. y el 2.o de 4 hojas preliminares y 352 págs.; ambos con 8 láminas y 4 viñetas, dibujadas por Jimeno y A. Carnicero, y grabadas por F. Selma, Moreno Tejada, J. Joaquin Fabregat, Diego Díaz y Simón Brieva.

Esta edición es la más bella de todas las que se han hecho de la novela cervantina, así como

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era hasta entonces la más correcta en lo literario. Papel (siempre de hilo en estas ediciones de Sancha, tipos. adornos, estampación, todo es de primer orden y digno del objeto a que se dedica. La misma casa de Sancha hizo después reimpresiones de la obra: una con la fecha de 1781 de la primera, pero añadiendo al pie de la portada: «Se hallará en su librería de la calle del Lobo», donde nunca la tuvo D. Antonio, pero si sus hijos desde 1797, a cuyo año corresponderá, y otra en 1802, algo inferior en papel y láminas, aunque también muy her

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El Profesor Claparède.

Una de las pruebas inequívocas de los esfuerzos que realiza nuestro país para ocupar el lugar que le corresponde en el movimiento científico y cultural europeo, son las invitaciones hechas a las primeras figuras extranjeras de este movimiento para que visiten nuestros prin cipales centros docentes y se pongan en comunicación más estrecha con el público que en España, a pesar de los pocos alicientes que tiene para ello, trabaja y estudia.

Durante estos últimos tiempos hemos visto. desfilar por nuestras cátedras representantes distinguidísimos de la Fisica, de las Matemáticas, de la Filología, de la Medicina, de la Filosofía, del Derecho, etc., sirviendo sus palabras, tanto como de ilustración, de acicate y de estímulo a la mayoría de los que los escuchaban.

La Asociación Española de Antiguos Alumnos y Amigos del Instituto J. J. Rousseau, contando con el apoyo de la Junta de Pensiones para Ingenieros y Obreros y del Instituto. de Reeducación de Inválidos del Trabajo, in

vitó al Dr. Claparède para que diese una serie de conferencias sobre Psicología de las Aptitudes y sobre Orientación Profesional.

En estos momentos hacía sin duda falta que quien se dirigiese a los educadores españoles para hablarles de los nuevos rumbos de la educación no fuese puramente un teórico, sino una persona cuyas palabras tuviesen el crédito y la solvencia de la acción.

Y esta persona no podía ser otra que el Profesor de Psicología Experimental de la Universidad de Ginebra y fundador del Instituto J. J. Rousseau, Dr. E. Claparède.

Obrero infatigable de Laboratorio, ha tenido siempre especial empeño en fecundar con sus investigaciones las ciencias de aplicación, muy especialmente la Pedagogía y la Tecnopsicología; y, hombre de acción, funda un Centro en donde los educadores de todo el mundo puedan formarse de acuerdo con las enseñanzas de la ciencia psicológica.

Quien quiera darse cuenta de la interesante aportación que a la investigación de los fenómenos psíquicos ha hecho el Dr. Claparède, debe consultar muy especialmente la colección de los Archives de Psychologie, fundados y dirigidos por él mismo. Allí aparece el resultado de las innumerables horas pasadas en el Laboratorio experimentando sobre el hipnotismo, la memoria, el testimonio, etc.

Pero Chaparede, a pesar de haber triunfado en el terreno de la ciencia pura, ha sentido como nadie la necesidad y la inquietud por la aplicación inmediata de todo avance hecho en el dominio de lo psicológico.

Como se ha dicho, la Pedagogía en primer término, y la Tecnopsicología más tarde, han ofrecido ancho campo de acción a sus deducciones.

Su Psicologia del Niño y Pedagogia Experimental (cuya edición castellana publicada por el editor F. Beltrán es tan popular en España) (1. y su Orientación Profesional, sus Métodos y sus Problemas son dos modelos de claridad y de cómo tienen que enfocar estas ciencias aplica das sus cuestiones si aspiran a verlas resueltas por vía científica. Ambas obras constituyen,

(1) Del mismo autor existe, traducida al castellano, La Asociación de las Ideas. Jorro, ed.tor.

además, un inapreciable indice de trabajo, del Asamblea del Cuerpo Facul

que no podrán prescindir nunca los investigadores.

Pero quizá no sea como psicólogo ni como pedagogo-con tener un relieve mundial-si pretendemos hallar el aspecto más saliente de su personalidad.

Del mismo modo que Claparède no se supo detener en el plano de la ciencia pura, tampoco podia encerrarse en el campo de la ciencia aplicada. Su espiritu inquieto debía llevarle más allá y hacerle llegar hasta donde llegan muy pocos científicos: a la acción, a la realización de sus ideas.

Convencido de la necesidad de substituir en educación el curanderismo por el método didáctico, científicamente encontrado, vió la necesidad imperiosa de la creación de un Centro en donde fuesen elaborados experimentalmente estos métodos y se formasen los educadores encargados de propagarlos y practicarlos.

Y a pesar de su condición aristocrática, no dudó en penetrar en el modesto círculo de maestros y educadores, y aportando su valiosa contribución personal y la de su patrimonio (le vemos instalar en su misma casa solariega la renombrada escuela de párvulos conocida con el nombre de La Maison des Petits), funda en 1912, y en unión de Mr. Bovet, el Instituto Juan Jacobo Rousseau.

Combatido este organismo en un principio. por el mismo Magisterio, son hoy día las Asociaciones Nacionales de Maestros de Suiza las que, secundadas por las Asociaciones de Amigos del Instituto que han surgido en el extranjero, sostienen la hermosa obra del doctor Claparède, en espera del día, quizá no lejano, en que se transforme en el deseado Bureau International d'Education.

España no podia permanecer pasiva ante el interesante movimiento iniciado por el doctor Claparède, y ha surgido así en Madrid la Asociación Española de Antiguos Alumnos y Amigos del Instituto Rousseau, integrada por educadores de todos los campos y partidos. preocupados únicamente del estudio objetivo de las cuestiones educativas y de lograr que España aporte su contribución a la Pedagogía mundial.

P. ROSSELLÓ.

tativo de Archiveros, Bibliote

carios y Arqueólogos

Se ha de celebrar en Madrid, según disposición oficial, del 26 al 29 de Octubre de 1923. Su programa, en general, interesa a los asociados de la Cámara del Libro, y creemos que algunos de sus puntos a los lectores todos de esta Revista. Por tal motivo lo insertamos a continuación.

SECCIÓN I ARCHIVOS

I. Organización y clasificación de los Archivos históricos nacionales y regionales.

II. ¿Sería conveniente la reconstitución de los Archivos existentes en nuestros depósitos, en vista de los índices antiguos?

III.-Archivos de Hacienda. Instrucciones para su catalogación.

IV.-Archivo del Tribunal de Cuentas del Reino. Su incorporación.

V.-El respeto a la documentación regional y la creación e incorporación de Archivos históricos regionales y provinciales. Los judiciales y notariales.

VI.-En qué condiciones podría el Cuerpo prestar su cooperación para organizar Archivos ajenos a su jurisdicción (Archivos municipales, eclesiásticos, de corporaciones y particulares).

VII.-Necesidad urgente de redactar instrucciones para catalogación de Archivos. VIII. El préstamo de documentos.

XI. Las bibliotecas particulares de los Archivos.

X.-Funciones técnicas, administrativas y sociales del archivero.

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XI. Estadistica.

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XII.- Publicaciones.

XIII. Edificios y material bibliotecarios.

La Biblioteca Nacional.

XIV. Medidas que deben tomarse para reintegrar nuestra Biblioteca Nacional a su debido papel y funciones.

Bibliotecas generales.

III. Medios de fomentar las adquisiciones y de enriquecer los Museos. Talleres de vaciado. Colecciones fotográficas, etc.

IV. Locales. Conservación de los existentes y edificación y aprovechamiento de otros.

V. Conveniencia de extender los servicios del Cuerpo a los Museos de Bellas Artes y bases para realizarlo.

VI. Funciones que competen al Estado respecto de la riqueza arqueológica y artística nacional. Museos diocesanos, municipales, de

XV.- Concepto de la Biblioteca pública corporaciones y colecciones particulares. Catá

moderna. Funciones. Sección infantil.

Bibliotecas especiales.

XVI. Escolares, de Institutos, Universitarias, y demás Centros de Enseñanza. De Ministerios, Académicas, etc.

Bases para incorporación de Bibliotecas al Cuerpo.

El Bibliotecario.

XVII. Sus funciones técnicas, administrativas y sociales. El Cuerpo auxiliar de Bibliotecarios.

SECCIÓN III
MUSEOS

I. Organización más conveniente, para la realización de sus fines culturales, del Museo Arqueológico Nacional, de los Arqueológicos provinciales y del de Reproducciones Artísticas.

II. Creación de Museos regionales y de colecciones arqueológicas.

logos monumentales. Inspección de antigüedades.

VII.-El Museo como elemento de trabajo y como divulgación cultural. Personal. Cuestiones varias.

SECCIÓN IV

PROPIEDAD INTELECTUAL

I.-Flexibilidad del Reglamento y refundición en él de los preceptos dispersos. II.-Supresión de formalidades innecesa

rias.

III. Tratados con América y sus aspectos. Tesis de reciprocidad.

IV. Iniciativas que pudiera España llevar al próximo Congreso de Propiedad Intelectual. de Roma.

SECCIÓN V

ORGANIZACIÓN ADMINISTRATIVA

¿Qué modificaciones deberían introducirse en la actual legislación del Cuerpo?

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