Pagina-afbeeldingen
PDF
ePub
[graphic]

10

PROLOGO

Bastarían para prólogo las páginas con que damos principio a este tomo, escritas por el eminente publicista doctor José María Samper, crítico de pluma áurea y de vasta erudición. En pocas líneas, el doctor Samper nos dice cuál fue la obra portentosa del General SANTANDER en el Gobierno durante la época en que Bolívar se ocupaba en el Sur en arrancar el suelo americano del dominio de España. El mismo Groot, poco devoto del gran caudillo y de sus obras, no puede prescindir de elogiar su patriotismo, su amor a las leyes y sobre todo su increíble actividad. El Libertador confiesa ingenuamente que no podría escribir un Mensaje al Congreso, remitiendo las memorias, porque todo lo actuado ha sido obra del Vicepresidente. Amigos y enemigos, en fin, están acordes más o menos en lo que le dice don José Diago: «Colombia todo lo debe a V. E.»

Cuando ya parecía que vientos más bonancibles despejaban el horizonte de la nueva República, con las noticias que venían del exterior, gracias al buen manejo de nuestras relaciones. diplomáticas, nuevas amenazas, come fuegos fatuos, iban brotando aquí y allá en nuestro vasto territorio. En Venezuela levantan la voz muchos descontentos apoyados por las Gacetas. Morales sigue logrando triunfos parciales en el Norte, lo que obliga al Vicepresidente a decretar una nueva leva para defender aquella Provincia y los Departamentos del Magdalena y Boya

cá, y a repartir un empréstito de $ 300.000 para atender a estos gastos. Pasto se subleva y Sucre se pone en marcha para apagar la hoguera. En otros puntos del Cauca, de Venezuela, en la Costa se levantan partidas revolucionarias, pronto sofocadas con energía debido en gran parte a la aplicación del Decreto contra conspiradores.

Inflexible en el cumplimiento de la ley quisiera atar con ella al mismo Libertador y ver a Páez y demás héroes, que no doblegaron la cabeza al yugo español, inclinar la cerviz ante los mandatos de la Constitución. Colocado frente al dilema de atropellar a sus mejores compañeros de armas o violar la ley, espera con ansiedad la reunión del Congreso, para que aclare sus atribuciones y amplifique el código que como Jefe del Ejecutivo deberá hacer cumplir. Las Memorias de sus Secretarios, modelos en la materia, en que están previstas las necesidades de la Administración, están listas, pero la fecha en que debían reunirse las Cámaras pasa y el tiempo corre y no se completa el personal necesario para formar quorum. La revolución de Pasto ha impedido la venida de los Diputados del Sur, otros no han venido por causa de enfermedad, por carencia de fondos o por miedo al paso por climas malsanos.

El 25 de marzo formó una junta de los Representantes y Senadores presentes en la capital para manifestarles la «urgente necesidad de que exista el Poder Legislativo a quien la ley le ha concedido facultades que el Ejecutivo no podría ejercer sin derribar el edificio social.» Se trataba de consultar los puntos sobre la constitucionalidad de reunir el Senado con sólo quince de sus miembros, pues si no se instalaba el Congreso «resultaría destruída la base fundamental sobre que descansa el sistema político de Colombia, a saber, la existencia de su gobierno popular representativo; si los representantes de la nación no ejercen sus funciones en el tiempo determinado por el Código Fundamental, no hay tal gobierno popular representativo y sólo

« VorigeDoorgaan »