DE FERNANDO DE HERRERA. (En la vida de GARCILASO que precede à las anotaciones de la edicion de Sevilla Es el estilo de GARCILASO inafectado (como se dijo de Jenofon), ó por mas cierto, que ninguna fectacion lo puede alcanzar. Habla con agudeza y perspicacia, dispone con arte y juicio, con grande copia y gravedad de palabras y concetos; que no podrá, aunque escriba cosas humildes, inclinar su ánimo á oracion humilde. Está lleno de lumbres y colores y ornato poético donde lo piden el lugar y la materia... Los sentidos, ó son nuevos, ó si son comunes, los declara con cierto modo proprio solo dél, que los hace suyos, y parece que pone duda si ellos dan el ornato ó lo reciben. Los versos no son revueltos ni forzados, mas llanos, abiertos y corrientes, que no hacen dificultad á la inteligencia sino es por historia ó fábula..... Es tanta la facilidad de la dicion, que apenas parece que puede admitir números, y tanto el sonido de los números, que apenas parece puede admitir lenidad alguna, etc. En una anotacion al soneto primero escribe el mismo autor: GARCILASO es dulce y grave (la cual mezcla estima Tulio por muy difícil), y con la puridad de las voces resplandece en esta parte la blandura de sus sentimientos, porque es muy afetuoso y suave; pero no iguala á sus canciones y elegías, que en ellas se excede de suerte, que con grandísima ventaja queda superior de sí mismo, porque es todo elegante y puro y terso y generoso y dulcísimo, y admirable en mover los afectos, y lo que mas se debe admirar en todos sus versos, cuantos han escrito en materia de amor le son con gran desigualdad inferiores en la honestidad y templanza de los deseos, porque no descubre un pequeño sentimiento de los deleites moderados (¿mundanos?), antes se embebeee todo en los gozos ó en las tristezas del ánimo. DE DON DIEGO DE SAAVEDRA FAJARDO. (En su República Literaria, impresa en 1663.) Ya en tiempos mas cultos escribió GARCILASO, y con la fuerza de su ingenio y natural y la comunicacion con los extranjeros puso en un grado muy levantado la poesía. Fué príncipe de la lirica, y con dulzura, gravedad y maravillosa pureza de voces descubrió los sentimientos del alma; y como estos son tan propios de las canciones y elogios, por eso en ella se venció á sí mismo, declarando con elegancia los afectos y moviéndolos á lo que pretendia. Si en los sonetos es alguna vez descuidado, la culpa tienen los tiempos que alcanzó. En las églogas con mucho decoro usa de dicciones sencillas y elegantes y de palabras candidas, que saben al campo y á la rustiquez de la aldea; pero no sin gracia ni con profunda ignorancia y vejez, como hicieron Mantuano y Encina en sus églogas, porque templa lo rústico con la pureza de voces propias, imitando á Virgilio. P. XVI. 1 ό DE DON JOSÉ DE VARGAS Y PONCE. (En su declamacion contra los abusos introducidos en el castellano. Madrid, 1793.) Boscan, por las exhortaciones del embajador de Venecia, Navajero y GARCILASO, á causa de sus viajes y estrecha amistad con el otro, y Mendoza por singularizarse, y Cetina en imitacion d ellos, se dedicaron con ardor á seguir la bella poesía italiana. El suceso fué harto, pero no completamente feliz, pues en medio de tanta belleza y discernimiento y gusto como manifestaron ó por haber sido los primeros, ó porque la lengua no estaba entonces formada del todo ni el oid tan castigado como el de sus maestros, sus versos no son, ni de mucho, tan armoniosos. Hay cierta dureza en los de don Diego y Boscan; mezclan con frecuencia las rimas agudas con las graves, mal grado las delicadas orejas; defecto que ya les notó Herrera. Y el mismo GARCILASO, quien la naturaleza se complació en distinguir por su dulzura y lindeza de metrificar, tiene ciertos trozos asonantados, que lastimosamente amortiguan su superior mérito. Oigase, entre otros aquel de la elegía á su grande amigo, donde parece que este noble ingenio vaticinaba su fin desgraciado : ¡Oh crudo, oh rigoroso, oh fiero Marte, De túnica cubierto de diamante Y endurecido siempre en toda parte! DE DON JOSÉ MARCHENA. (En el discurso que precede á sus Lecciones de filosofía moral. Burdeos, 1820.) En los primeros años del reinado de Cárlos V, GARCILASO DE LA VEGA y Juan Boscan, convencidos de la analogía que en la índole, y mas aun en la prosodia, de los idiomas toscano y castellano reinaba, trasladaron á España el metro florentino; y al fastidioso sonsonete de las coplas de arte mayor, al insípido ritornelo de las trovas de tres ó cinco versos de siete y cinco sílabas, se sucedieron las variadas estancias, las majestuosas octavas, el severo y dificultoso terceto. Oyóse entonces con melodía encantadora El dulce lamentar de dos pastores; la sonante cítara del amador de la flor de Gnido exhaló sus tristes querellas y pintó el merecido castigo de la cruda Anaxarte, convertida en piedra, en pena de su desamor, con no menos bric el lírico latino habia cantado los tormentos de las hijas de Danao, que con la sangre de sus esposos habian manchado el lecho conyugal. que Como en la égloga, habia presentado GARCILASO una de las mas hermosas, si no la mas hermosa, de las poesías pastorales de nuestra lengua. Su cancion á la flor de Gnido es tambien una de las mas bellas odas eróticas. Se ha de notar que las canciones de nuestros poetas clásicos son odas verdaderas, sin que se pueda entre ellas señalar diferencia ninguna. No pintó Horacio el castigo de las Danaides ni los desesperados lamentos de Europa con mas fuerza y brio que el poeta español la metamorfósis de la cruda Anaxarte, En duro mármol vuelta y trasformada. Las exhortaciones que de ablandar su fiereza hace á la despiadada flor de Gnido nacen naturalmente del asunto: primero le ha pintado la pasion que todo entero á su amador posee, y que cual ya á Sibaris, de Lidia prendado, le ha traido á paso tal, que huye de la palestra polvorosa, y ya Como solia, Del áspero caballo no corrige La furia y gallardía, Ni con freno le rige, Ni con vivas espuelas ya le aflige. POESIAS DE GARCILASO DE LA VEGA. EGLOGA PRIMERA. A don Pedro de Toledo, marqués de Villafranca, virey de Nápoles (1). SALICIO, NEMOROSO. El dulce lamentar de dos pastores, Un nombre en todo el mundo, Representando en tierra el fiero Marte; A ser restituido Al ocio ya perdido, Luego verás ejercitar mi pluma Faltando á tí, que á todo el mundo sobras. En tanto que este tiempo que adivino Que cine estrechamente Tu gloriosa frente Dé lugar á la biedra que se planta (1) Se introducen en ella dos pastores, uno celoso que se queja por ver á otro preferido en su amor. Este se llama Salicio, y es ya comun opinion que se entiende por GARCILASO mesmo. El otro, que llora la muerte de su ninfa, es Nemoroso, y no, como piensan algunos, es Boscan, aludiendo al hombre, porque nemus es bosque; pues vemos en la égloga segunda, donde refiere Nemoroso à Salicio la historia que mostró Tórmes á Severo, que el mesmo Nemoroso alaba á Boscan, y en la tercera lloró Nemoroso la muerte de Elisa, Entre la verde yerba degollada, la cual es dona Isabel Freyre, que murió, de parto; y así se deja entender, si no me engaño, que este pastor es su marido, don Antinio Fonseca. Tal dice Fernando de Herrera. 2) He de contar, sus quejas imitando.-Texto de Herrera. Asi me parece que debiera leerse. (3) Andas dice la edicion de Alonso de Ulloa. Poco á poco, arrimada á tus loores; Al rumor que sonaba, Se quejaba tan dulce y blandamente SALICIO. ¡Oh mas dura que mármol á mis quejas (3), Y al encendido fuego en que me quemo Mas helada que nieve, Galatea! Estoy muriendo, y aun la vida temo; De ti desamparado, Y de mí mismo yo me corro agora. Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. El sol tiende los rayos de su lumbre Va de nuevo al oficio, Yal usado ejercicio De su natura ó menesterle inclina. Siempre está en llanto esta ánima mezquina Cuando la sombra el mundo va cubriendo O la luz se avecina. Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. ¿Y tú, desta mi vida ya olvidada, Causar la muerte de un estrecho amigo, Si en pago del amor yo estoy muriendo, ¿Qué hará el enemigo? Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. Por ti el silencio de la selva umbrosa, Lo que en tu falso pecho se escondia! Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. ¡Cuántas veces, durmiendo en la floresta, Vi mi mal entre sueños, desdichado! Y por nuevo camino el agua se iba; Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. Tu dulce habla en cuya oreja suena ? De mí arrancada, en otro muro asida, Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. ¿Qué no se esperará de aquí adelante, Y juntamente ¿qué tendrá por cierto (9), De mí, cuitado, fuiste (10), Y ejemplo á todos cuantos cubre el cielo, Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. Materia diste al mundo de esperanza Dando á quien diste el corazon malvado, Con el lobo hambriento Hará su ayuntamiento, Y con las simples aves sin ruido (8) De tus hermosos brazos añudaste.-Tertos antiguos, y tambien el de Tamayo y Marchena. 9) Así Herrera. Textos antiguos y el de Azara y Marchena dicen terna. (10) De mi cuidado fuiste.-Texto de Herrera. (11) Herrera lee : Siempre de nueva leche en el verano De mi cantar pues yo te vi agradada (12), No soy pues, bien mirado, Que aun agora me veo En esta agua que corre clara y pura, Y cierto no trocara mi figura Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. ¿Cómo te vine en tanto menosprecio? Cómo te fui tan presto aborrecible? Cómo te faltó en mí el conocimiento? Si no tuvieras condicion terrible, Siempre fuera tenido de ti en precio, Y no viera de ti este apartamiento (14). ¿No sabes que sin cuento Buscan en el estio Mis ovejas el frio De la sierra de Cuenca, y el gobierno Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. Y mi morir cantando me adivinan. Dejan el sosegado Sueño por escuchar mi llanto triste. Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. Mas ya que á socorrerme aquí no vienes, A quien de ti con lágrimas me quejo. No es mucho que lugar tambien le quede. — Y sospirando en el postrero acento, Y á compasion movida, Que siento enflaquecer mi débil canto. NEMOROSO. Corrientes aguas, puras, cristalinas; Arboles que os estáis mirando en ellas, Y en el invierno abundo en mi majada; La manteca y el queso está sobrado. (12) De mi cantar pues yo te via agradada.-Texto de Ulloa. (13) Con ese que de mí se está reyendo.-Id. (14) Y no viera tan triste apartamiento.-Texto de Azara. (15) Así en Tamayo y Azara; Ulloa, Herrera y otros ponen: A los que tú heciste. (16) Sanchez el Brocense y Azara leen blanda; Ullos y Herrera, blanca; Tamayo opina en favor de la primera leccion. (17) Del nombre Nemoroso se formó un adjetivo, que poéticamen Verde prado de fresca sombra lleno, Aves que aquí sembrais vuestras querellas, Hiedra que por los árboles caminas, Torciendo el paso por su verde seno; Yo me vi tan ajeno Del grave mal que siento, Que de puro contento Con vuestra soledad me recreaba, Sino memorias llenas de alegría: Y en este mismo valle, donde agora Me entristezco y me canso, en el reposo Estuve ya contento y descansado (18). ¡Oh bien caduco, vano y presuroso! Acuérdome durmiendo aqui algun hora, Que despertando, á Elisa vi á mi lado. ¡Oh miserable hado! Oh tela delicada, A los agudos filos de la muerte! Mas convenible fuera aquesta suerte (19) Pues no la ha quebrantado tu partida (20). Con gran desprecio al oro, Como á menor tesoro, ¿Adónde están? Adónde el blanco pecho? (22) ¿Dó la coluna que el dorado techo Con presuncion graciosa sostenia? En la fria, desierta y dura tierra. ¿Quién me dijera, Elisa, vida mia, Cuando en aqueste valle al fresco viento te se ha aplicado á las cosas propias de bosques, al lugar lleno de bosques, y aun á lo que tiene mucha frondosidad. Cairasco de Figueroa, en su Templo militante, al tratar de los reyes magos, dice: Ya del rico Oriente van dejando Atrás el nemoroso sitio ameno. Lope de Vega, en la Arcadia, escribe: Donde con leche de cabras Bontesas, nemorosas ciervas y silvestres osas fué criado. (18) Estuve yo contento y descansado.-Texto de Azara. (19) Mas convenible suerte.-Así Ulloa, así la edicion de Anvers de 1576 y otros. Debe ser verso endecasilabo. (20) Pues que no la ha quebrantado tu partida.-Texto de Ulla. (21) Ulloa, Herrera y Tamayo ponen: Mi alma do quier que ellos se volvian. (22) El texto de Ulloa dice: ¿Adónde están? Adónde el blanco pecho Andábamos cogiendo tiernas flores, Que diese amargo fin á mis amores? Cargó la mano tanto, Que á sempiterno llanto Y á triste soledad me ha condenado; Ciego sin lumbre en cárcel tenebrosa. Despues que nos dejaste, nunca pace En hartura el ganado ya, ni acude (23) El campo al labrador con mano llena. No hay bien que en mal no se convierta y mude (21): Flores con que solia Quitar en solo vellas mil enojos, Crecer, llorando, el fruto miserable (25). Noche de tu partir, en que be quedado Sol de tu clara vista me encamine. Cual suele el ruiseñor con triste canto Por la dulce garganta Al cielo por testigo y las estrellas; Desta manera suelto yo la rienda (26) Por ti me estoy quejando Al cielo y enojando Con importuno llanto al mundo todo; Primero no me quitan el sentido. Una parte guardé de tus cabellos (28), (23) En hartura el ganado, ya ni acude El campo al labrador con mano llena.-Texto de Ulloa. (24) Lope se sirvió de este verso en el segundo terceto de un soneto escrito con versos del Camoes, de Ariosto, de Horacio, etc. (25) Asi Sanchez y Azara; Ulloa, Herrera y Tamayo ponen lloviendo por llorando. (26) Desta manera suelto ya la rienda.-Asi Ulloa, Sanchez, Herrera y Tamayo. Azara siguió la enmienda propuesta por este. (27) El desigual dolor no sufre modo.-Texto de Herrera. (28) Tengo una parte aquí de tus cabellos. - Textos de Ulloa y Herrera. |