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No es la fortuna obtener

Ese atributo del ser

Que jamás faltó á ninguno :
La buena estrella es saber

Asegurar cada uno
Su fugitivo placer.

Fruto es la felicidad
Para gustarle en sazon ;
Quien malogra la ocasion,
Culpa á la casualidad,
Y llama á su imprevision
Destino, fatalidad.

Unos su influjo sintieron Porque su influjo estimaron, Otros de cerca la vieron, Y su favor desdeñaron

Porque no la conocieron.

Y aunque en el mundo tú así Alumbras, felicidad,

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Sol de muchos, yo¡ ay de mí! Los rayos no percibí

De tu hermosa claridad.

Tal vez á mi lado estabas

Cuando de tu lado huia,
Tal vez tierna me buscabas
Y amorosa me llamabas
Cuando tu voz no entendia.

¡Cuán costoso es el saber,
Cuán costoso el aprender
Lo que debemos buscar,
Y cuán fácil olvidar
Lo que debemos temer!

¡Y cuán tarde el desengaño De nuestros errores vemos! Error que al fin conocemos Para sentir mas el daño Que reparar no podemos.

Mas daños al mas novicio

Corazon han de tocar;

Pero es risible artificio
A nuestras culpas llamar
Hado adverso ni propicio.

Á UNA COQUETA.

Como aquellas lucecillas Vaporosas y ligeras, Que sin calor á millares Se levantan de la tierra;

Los amores en tu pecho, Fragilísima belleza, Sin que su fuego te abrase

Alzan mil llamas diversas:

Brotan, lucen, se disipan, Otras nacen tras aquellas: La inconstancia las apaga, La liviandad las renueva.

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