Ya que negros vapores No absorban sus escasos resplandores. Si el turbio remolino De la copiosa lluvia espacio deja A su rubia guedeja; Si en medio su camino Espesa niebla fria La luz no roba que á la tierra envia; Hora os recuerdo triste, Del verano risueñas alboradas, Y á ti que apareciste Tres veces en la esfera, Luna, en la noche lúcida viajera. ¡Ay! ¡cómo desparecen Los mas bellos encantos de la vida! ¡Cómo, desprevenida, Solo cuando perecen El alma los conoce Para llorar su malogrado goce! 29 Así la primavera Pasará de mis años presurosa, La dicha venidera, De este bien que hora pierdo Penoso en la vejez será el recuerdo. Volveré tristemente Los ojos hacia el tiempo desdeñado, Y como del pasado Verano el dulce ambiente, Su sol, su luna y flores, Recordaré mi juventud y amores. Á UNA ESTRELLA. Chispa de luz que fija en lo infinito Absorbes mi asombrado pensamiento, Tu origen, tu existencia, tu elemento Menos alcanzo cuanto mas medito. Si eres ardiente, inamovible hoguera, ¿Dónde el centro descansa de tu lumbre? Si eres globo de luz, ¿cómo en la cumbre No giras tú de la insondable esfera? ¿Por qué la tierra sin descanso rueda ? ¿Por qué la luna el globo magestoso Mueve, mientras tu carro misterióso ¿Es que mi vista de mortal no alcanza A percibir desde su oscuro asiento Allá en la altura suma el movimiento De tu carroza que en lo inmenso avanza? ¡Ah, sí! que por espíritu movida La creacion sin descanso se sostiene, Y todo en la creacion marcado tiene Forma y destino, movimiento y vida. Tú giras, sí; tus alas soberanas Sulcan el mundo y sus confines tocan.... Mas ¿cómo en tu carrera no se chocan Tus millares sin número de hermanas? Mas allá de su límite prescrito Sediento avanza, audaz el pensamiento, Y tu origen, tu vida, tu elemento Menos alcanzo cuanto mas medito. Á UNA GOTA DE ROCÍO, SONETO. Lágrima viva de la fresca aurora, A quien la mustia flor la vida debe, Y el prado ansioso entre el follaje embebe; Gota que el sol con sus reflejos dora; Que en la tez de las flores seductora |