Á UNA GOLONDRINA. Salud, dulce golondrina, Tu cantiga placentera Llevaste á lejanos mares: La atrevida, la parlera, Bien llegada á estos lugares, Amorosa compañera. Bien llegada al suelo amigo, Dó no errante ni perdida, Te dará á la par conmigo Un mismo techo el abrigo En blando nido mecida. Vuelve, amiga descuidada. A este recinto sereno Que te guardo regalada ; ¡Aun duran de pluma y heno Los restos de tu morada! Aquí tus amores fueron, Y aquí tu cancion amante; Aquí tus hijos nacieron, Y a tu arrullo se adurmieron Bajo el ala palpitante: Y aqui mi voz se mezclaba A tu viva cantilena; Y aquí impaciente aguardaba Esa vuelta que tardaba, De amor y recuerdos llena. 95 Y eres fiel y agradecida, Y no te aguardara en vano; Que nunca fué desmentida Esa tu fé prometida Al ardoroso verano. ¡A cuántos ¡ay! golondrina, Que lealtad y fé cantaron La ingratitud se avecina! ¡Cuántos con planta mezquina Sus juramentos hollaron! Mas no tú fiel y graciosa, Cuando se allega el estío, Vuelves tierna y amorosa Allá de playa arenosa Dó te arrojó invierno frio No olvidaste, no, los dones De este suelo bienhechor, Ni las fuentes ni la flor, De tu asilo protector. |