Políticas, son las que encierran máximas para el buen gobierno de los Estados, ó que se refieren á la educación de los príncipes, como, por ejemplo, un reloj con estas palabras motibus arcanis, dando á entender que un príncipe debe conducirse por principios ocultos aunque sus acciones sean públicas.
Entre éstas debemos mencionar aquí la preciosa obra Empresas políticas, etc., de Diego Saavedra Fajardo.(Madrid, 1789), en que, á la cabeza de cada capítulo, pone la alegoría ó divisa sobre que versa.
Satíricas y burlescas, que son las que se emplean para atacar y censurar los vicios, ó aquellas que están basadas en parodias sobre las divisas ya conocidas en la historia.
Por último, las divisas cristianas nos representan los misterios de la fe, las verdades del cristianismo, ó designan alguna Orden religiosa ó empresa cristiana. Un autor cita como ejemplo de éstas la que para representar la belleza mística de la pobreza evangélica, pinta una bandera vieja y destrozada por las acciones de guerra, con el siguiente lema: Quanto lacera più, tanto più bella: cuanto más sufrida más gloriosa.
El uso de las divisas es tan antiguo, que no es posible fijar la época de su aparición. Es indudable debieron nacer simultáneamente y á imitación de los jeroglíficos y enigmas, pues de ambas cosas constan si se considera el alma de la divisa como enigma y el cuerpo como jeroglífico.
Las Sagradas Escrituras nos ofrecen muchos ejemplos, y entre otros, el que nos refiere el Exodo (cap. XXXIX), referente á las doce piedras, que en representación de las doce tribus de Israel, llevaba Aaron sobre el pecho.
A los Caldeos se atribuye la invención de los doce signos del zodiaco, que son las divisas de los doce meses del año.