PRESIDENTE DE SALA DEL TRIBUNAL SUPREMO É INDIVIDUO DE LAS COMISIONES DE CÓDIGOS DE LA PENÍNSULA Y ULTRAMAR 46 Co Al Excmo. Señor Marqués del Pazo de la Merced MI QUERIDO AMIGO: Aparte de motivos de amistad muy sincera y de profundo reconocimiento, tengo otra razon para dedicar á Vd. este insignificante y pobre libro. Hacia ya tiempo, en verdad, que habia sentido el deseo de escribirlo, contrariado siempre par la falta de tiempo, y tambien por el temor natural en quien no cuenta con las fuerzas suficientes; pero este deseo se convirtió en resolucion á la vista de ciertas cuestiones de Derecho internacional privado en que por su índole intervino Vd. en los largos períodos en que ha desempeñado con general aprobacion el Ministerio de Estado, y de las que algunas ofrecian singulares caractéres de novedad y estudio. Es para mí axiomático, que en los conflictos de Derecho internacional privado, se corren casi siempre uno de dos graves peligros, á saber: ó el de denegar injustificadamente pretensiones jurídicas extranjeras por |