Y oyendo el son del mar que en ella hiere, Y sin impedimento contemplando La misma á quien tú vas eterna fama En tus vivos escritos procurando : Alégrate, que mas hermosa llama, Que aquella que el Troyano encendimiente Pudo causar, el corazon te inflama. No tienes que temer el movimiento. De la fortuna con soplar contrario; Que el puro resplandor serena el viento. Yo, como conducido mercenario, Voy do fortuna á mi pesar me envía, Sino á morir, que aquesto es voluntario. Solo sostiene la esperanza mia Un tan débil engaño, que de nuevo Es menester hacelle cada dia : Y si no le fabrico y le renuevo, Da consigo en el suelo mi esperanza, Tanto, que en vano á levantalla pruebo, Aqueste premio mi servir alcanza, Que en solo la miseria de mi vida Negó fortuna su comun mudanza. } Donde podré huir, que sacudida Un rato sea de mí la grave carga Que oprime mi cerviz enflaquecida? Mas ay! que la distancia no descarga El triste corazon, y el mal, do quiera En la arenosa Libia, engendradora Parte do no se vive, ni se mora : De medio del calor y ardiente arena EPÍSTOLA A BOSCAN. SEÑOR BOSCAN, quien tanto gusto tiene que solo veréis ha caminado Cuando el fin de la carta os lo mostrare. Alargo y suelto á su placer la rienda, Mucho mas que al caballo, al pensamiento, Y llévame á las veces por camino Tan dulce y agradable, que me hace Otras me lleva por tan duros pasos, Que con la fuerza del afan presente, Tambien de los pasados se me olvida. A veces sigo un agradable medio Honesto y reposado, en que el discurso Del gusto y del ingenio se ejercita. Iba pensando y discurriendo un dia A cuantos bienes alargó la mano. El que de la mitad mostró el camino ; Y luego vos, del amistad ejemplo, Os me ofreceis en estos pensamientos. Y con vos á lo menos me acontece Una gran cosa, al parecer estraña Y porque lo sepais en pocos versos, Es, que considerando los provechos, Las honras y los gustos que me vienen Desta vuestra amistad, que en tanto tengo, Ninguna cosa en mayor precio estimo Ni me hace gustar del dulce estado Tanto como el amor de parte mia, Este conmigo tiene tanta fuerza, Que sabiendo muy bien las otras partes De la amistad, y la estrecheza nuestra, Con solo aqueste el alma se enternece ; sé que otramente me aprovecha, Que el deleite, que suele ser pospuesto A las útiles cosas y las graves. Y yo Llévame á escudriñar la causa desto Ver contino tan recio en mi el efeto ; Cuanto mas generosa y alta parte recibille : Así |