Vos sola lo escribiste, yo lo leo,
Tan solo, que aun de vos me guardo en esto. En esto estoy y estaré siempre puesto;
Que aunque no cabe en mi cuanto en vos veo, De tanto bien lo
Tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nací sino para quereros :
Mi mal os ha cortado á su medida : Por hábito del alma misma os quiero Cuanto tengo confieso yo deberos : Por vos nací, por vos tengo la vida, Por vos he de morir, y por vos muero.
POR ásperos caminos he llegado
A parte que de miedo no me muevo : Y si á mudarme, ó dar un paso pruebo, Allí por los cabellos soy tornado. Mas tal estoy que con la muerte al lado Busco de mi vivir consejo nuevo : Conozco lo mejor, lo peor apruebo, O por costumbre mala, 6 por mi hado. Por otra parte el breve tiempo mio,
Y el errado proceso de mis años
Eu su primer principio y en su medio, Mi inclinacion (con quien ya no porfio) La cierta muerte (fin de tantos daños) Me hacen descuidar de mi remedio.
No pierda mas quien ha tanto perdido; Bástete Amor lo que por tí he pasado : Válgame agora nunca haber probado A defenderme de lo que has querido. Tu templo y tus paredes he vestido De mis mojadas ropas y adornado; Como acontece á quien ha ya escapado Libre de la tormenta en que se vido. Yo habia jurado nunca mas meterme A poder mio y mi consentimiento En otro tal peligro, como vano. Mas del que viene no podré valerme ; Y en esto no voy contra el juramento; Que ni es como los otros, ni en mi mano.
De aquella vista pura y excelente Salen espirtus vivos y encendidos, Y siendo por mis ojos recibidos, No paran hasta donde el mal se siente. Encuentranse en camino fácilmente, Por do los mios, del calor movidos, Salen fuera de mí como perdidos, Llamados de aquel bien que está presente. Ausente en mi memoria la imagino : Mis espirtus, pensando que la vian, Se mueven y se encienden sin medida. Mas no hallando fácil el camino, Que los suyos entrando detenian, Revientan por salir do no hay salida.
SEÑORA mia, si de vos yo ausente
En esta vida duro, y no me muero, Paréceme que ofendo á lo que os quiero, Y al bien de que gozaba en ser presente. Tras este luego siento otro accidente,
Y es ver que si de vida desespero,
Yo pierdo cuanto bien viendoos espero ; Y así estoy en mis males diferente. En esta diferencia mis sentidos
Combaten con tan áspera porfia,
Que no sé que hacerme en mal tamaño. Nunca entre sí los veo siuo reñidos : De tal arte pelean noche y dia, Que solo se conciertan en mi daño.
O dulces prendas por mi mal halladas, Dulces y alegres cuando Dios queria ! Juntas estais en la memoria mia, Y con ella en mi muerte conjuradas. ¿Quien me dijera, cuando las pasadas Horas en tanto bien por vos me via, Que me habiais de ser en algun dia Con tan grave dolor reprensentadas ? Pues en un hora junto me llevastes
Todo el bien que por términos me distes, Llevadme junto el mal que me dejastes. Sino, sospecharé que me pusistes
En tantos bienes, porque deseastes
Verme morir entre memorias tristes.
HERMOSAS Ninfas, que en el rio metidas, Contentas habitais en las moradas, De relucientes piedras fabricadas, Y en colunas de vidrio sostenidas s¿ Agora esteis labrando embebecidas, O tejiendo las telas delicadas ; Agora unas con otras apartadas Contandoos los amores y las vidas: Dejad un rato la labor, alzando
Vuestras rubias cabezas á mirarme : Y no os detendréis mucho
segun ando: Que no podréis de lástima escucharme ; O convertido en agua aquí llorando, Podréis allá despacio consolarme.
Si para refrenar este deseo
Laco, imposible, vano, temoroso, Y guarecer del mal tan peligroso,
« VorigeDoorgaan » |