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me vió con ellos en las manos, fuése deteniendo. A la grita y vocería, el meson alborotado, se convocó todo el barrio, acudieron los vecinos, y con ellos gran tropel de gente, justicia y escribanos: eran dos alcaldes, llegaron juntos, queria cada uno advocar á sí la causa y prevenirla; los escribanos por su interese decian á cada uno que era suya, metiéndolos en mal. Sobre á cual pertenecia, se comenzó de nuevo entre ellos otra guerrilla, no menos bien reñida ni de menor alboroto; porque los unos á los otros desenterraron los abuelos, diciendo quienes fueron sus padres, no perdonando á sus mugeres propias, y las devociones que habian tenido, quizá que no mentian, ni ellos querian entenderse, ni nosotros nos entendiamos.

Llegáronse algunos regidores y gente honrada de la villa, pusiéronlos en paz, y asieron de mí, que siempre quiebra la soga por lo mas delgado: el forastero, el pobre, el miserable, el sin abrigo, favor ni reparo, de ese asen primero. Quisieron saber qué habia sido el alboroto y por qué; pusiéronme á una parte, tomáronme la confesion de palabra, dije llanamente lo que pasaba; pero porque podian oirme algunos, que estaban cerca, me aparté con los alcaldes, y en secreto les dije lo del machuelo. Ellos quisieron verificar primero la causa, mas pareciéndoles haber tiempo para todo, comenzaron las diligencias por la prision del mesonero, que bien descuidado estaba de poder ser por aquel delito, y creyendo solo era por la capa, lo hacia todo risa, como cosa de burla, por la falta de informacion que habia, y de quien contestara con el arriero de haberme visto entrar allí con ella. Mas como viese que poco a poco salian á plaza los pedazos de adobo, pellejo y zarandajas del machuelo, quedó helado, tanto, que tomándole la confesion, viendo presente todos los despojos, confesando de plano, quedó convencido, y confesó en cuanto habia pasado, sin que cosa negase, ni tuvo ánimo para ello; que es muy cierto en los hombres viles, de vida infame y mal, trato, ser pusilánimes, de poco pecho, como ántes dije, que sin darle tormento ni amenazándole con él, declaró, sin serle pedido, hurtos y bellaquerías que hizo, así en aquel meson, como siendo ganadero salteando caminos, de donde vino á tener caudal con que ponerse en trato. Yo á todo estaba el oido atento, si de entre la colada salia mi capa; pero con el odio que me cobró, la dejó entre renglones. Hice mil diligencias para que pareciese, ninguna fué de provecho.

á

Acabadas de tomar nuestras declaraciones del arriero

y mia, por ser forasteros, nos ratificaron en ellas. Y si por la pendencia me habian de llevar preso (como dicen, tras paciente aporreado 1) hubo diversos pareceres, holgaron dello los escribanos, y lo pretendieron; mas uno de los alcaldes. dijo haber yo tenido razon y ninguna culpa, que ¿qué me pedian pues iba en cuerpo y me habian quitado la capa? Con esto me mandaron soltar, llevando á la cárcel al mesonero. Nosotros acabamos de aliñar, y seguimos nuestro camino; pasamos por donde los clérigos estaban esperando, cada uno tomó su caballería; contéles el suceso, quedando admirados dello, condoliéndose de mi necesidad; mas como no la podian remediar, encomendaronlo á Dios. Yo y mi compañero con los alborotos y breve partida, que casi salimos huyendo, nos quedamos sin oir misa. Yo la solia oir todos los dias por mi devocion; desde aquel se me puso en la cabeza, que tan malos principios era imposible tener buenos fines, ni podia ya sucederme cosa buena ni hacérseme bien. Y así fué, como adelante lo verás: que cuando las cosas se principian dejando á Dios, no se puede esperar ménos.

1) Nachdem man gelitten hat bekommt man noch Schläge.

Herrera.

Antonio de Herrera y Tordesillas, geboren zu Cuellar im Jahre 1549, war zuerst Secretair des Vicekönigs von Italien, Vespasiano Gonzaga, wurde später von Philipp II. zum ersten Historiographen von Indien und Castilien ernannt, und gegen das Ende seines Lebens von Philipp IV. zum Posten eines Staatssecretairs erhoben. Als solcher starb er zu Madrid am 29. März 1625. Herrera war ein äusserst fleissiger Geschichtschreiber und hat während seines langen Lebens verschiedene, meistens umfangreiche historische Werke verfasst, von denen jedoch nur eins seinen Ruhm dauernd begründet hat. Dies ist seine Geschichte der spanischen Entdeckungen und Eroberungen in der neuen Welt u. d. T.: Historia de los hechos de los castellanos en las islas y tierra firme del mar océano, welche zuerst zu Madrid 1601-15 in vier Bänden fol. erschien. Sie ist in acht Abtheilungen (Decades) getheilt, wozu als Einleitung noch die Descripcion de las Indias. Madrid 1601. fol. kommt. Diese Geschichte umfasst den Zeitraum von der Entdeckung Americas im Jahre 1492 bis zum Jahre 1554, und ist das reichhaltigste und wichtigste Werk über diesen Gegenstand, da Herrera die besten Quellen zu Gebote standen, die er vortrefflich benutzt hat.,,Von allen spanischen Schriftstellern" sagt Robertson in seiner History of America ,,hat uns Herrera den genauesten und ausführlichsten Bericht über die Entdeckung Mexicos und andere Ereignisse in America gegeben. Sorgfalt und Aufmerksamkeit, mit welcher er nicht nur die schon vorhandenen Geschichtswerke, sondern auch die Originalacten benutzt hat, die Licht auf den Gegenstand seiner Forschungen werfen konnten, besonders aber die Unparteilichkeit seiner Urtheile, machen sein Werk höchst schätzbar. Man könnte ihn sogar mit Recht zu den besten Geschichtschreibern seiner Nation zählen, wenn er nicht in seiner Erzählung zu

gewissenhaft die chronologische Ordnung befolgt hätte, wodurch sein Werk etwas so Unzusammenhängendes bekommt, dass sich die verschiedenen Umstände einer Thatsache nur mit grosser Mühe zusammenfinden lassen." Das Lob der Unparteilichkeit, welches Robertson ihm zollt, muss indessen etwas beschränkt werden, de Herrera sich nicht selten bemüht, die Greuelthaten seiner Landsleute gegen die unglücklichen Indianer zu bemänteln. Seine Sprache ist rein und kräftig, wenn auch hin und wieder nicht ohne Schwulst. Die beste Ausgabe ist die u. d. T.: Decades de las Indias. Madrid 1728-30, in 8 Theilen in 4 Bänden fol. erschienene, deren erster die Descripcion de las Indias enthält. Weniger gut ist die von Antwerpen 1728. 4 Bde. fol. Das Werk ist ins Französische und Englische übersetzt.

Herrera's übrige Geschichtswerke tragen sämmtlich den Stempel der Parteileidenschaft, und sind daher, obwohl ihnen das Verdienst einer guten Schreibart nicht abgesprochen werden kann, von geringem Werthe. Es mögen daher nur ihre Titel hier stehen: Historia general del mundo desde el año de 1554 hasta el de 1598. Madrid 1601-12. 3 Bde. fol. Die beiden ersten Bände wurden wieder abgedruckt: Valladolid 1606. fol. Comentarios de los hechos de los españoles, franceses y venecianos en Italia ec. desde el año 1285 — 1551. Madrid 1624. fol. Historia de los sucesos de Francia desde 1585 Cinco libros de la

hasta el de 1594. Madrid 1598. 4. historia de Portugal y conquista de las islas de los Azores en los años de 1582-83. Madrid 1591. 4. Historia de lo sucedido en Escocia y en Inglaterra en 44 años que vivió Maria Estuarda, reina de Escocia. Madrid 1589. 8. Lisboa 1590. 8.

Historia de las Indias.

Cristóval Colon descubre la isla de San Salvador.

(Hist. gen. de los hechos ec. Decada I. Lib. I. cap. 10-12.)

Como toda la gente era nueva en tal navegacion, y se hallaba sin esperanza de remedio ni socorro, murmuraba, no viendo sino agua y cielo en tantos dias, y con atencion iban todos notando cualquier señal que veian, como hombres, que en efecto eran, los que entonces mas léjos se hallaban de

tierra de cuantos jamas en el mundo habian navegado. A los 19 de septiembre fué à la nave de D. Cristóval un alcatraz, y otros llegaron á la tarde, que les daban algunas esperanzas de tierra, porque juzgaban que aquellos pájaros no se habian apartado mucho de ella; y con esta esperanza, con calma sondaron con docientas brazas de cuerda; y aunque no hallaron fondo, conocieron que las corrientes iban al sudueste. Y juéves á los 20, dos horas antes de mediodia, vieron otros dos alcatraces junto à la capitana, y desde á un rato tomaron un pájaro negro con una mancha blanca en la cabeza, los piés semejantes á los de anade; y á borde mataron un pescado pequeño, y vieron mucha yerba como la pasada, y pasando los navíos por ella, perdieron el temor; y otro dia al alba fueron á la nave capitana otros tres pajarillos de tierra, cantando, y al salir del sol se fueron, con que se consoló algo la gente, pareciendo que las otras aves marinas se podian mas facilmente apartar de tierra, pero que los pajarillos no podian ir de tan lejos, Dende á Dende a poco se vió otro alcatraz que venia de oes norueste, y el dia siguiente en la tarde vieron otro rabo de junco1) y un alcatraz, y descubrieron mas yerba hácia la parte del norte, y esto les daba algun consuelo, creyendo que procedia de tierra, que estaba cerca.

Esta yerba tambien los desconsolaba, porque habia manchas tan espesas que detenia algo los navíos, y por esto se apartaban de ella cuanto podian. El dia siguiente vieron una ballena, y á veinte y dos de septiembre vieron algunos pájaros, y en aquellos tres dias corrieron vientos suduestes, y aunque eran contrarios, dijo el almirante que eran buenos; porque como la gente murmuraba, no queriendo obedecer, y decia entre otras cosas, que pues en tanta distancia habian siempre llevado vientos en popa, con dificultad podrian volver á Castilla, porque aunque alguna vez lo habian tenido contrario, era poco y no firme; y aunque el almirante replicaba, que aquello procedia de hallarse cerca de tierra, y daba para ello algunas razones, tuvo necesidad del ayuda de Dios, porque el rumor crecia, y la gente se alteraba, y le iba perdiendo el respeto, hablando contra el rey, porque hubiese ordenado aquella jornada, y casi todos se conformaban en no proseguirla; pero el almirante se gobernaba, unas veces dando ánimo à la gente, y prometiendo el breve y buen fin del viaje, y otras amenazando con el autoridad real; pero quiso

1) Der Tropikvogel (Phaëton aethereus).

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