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estávamos fablando é preguntamos, que qual era la manera, que un ome malo podria aver para fazer a todas las otras gentes cosa; por que mas mal les viniesse é los unos dezian, por ser el ome reboltoso, é los otros dezian, que por ser muy mal fechor, é otros dezian, que la cosa por que el ome malo podria fazer mas mal á todas las gentes, que era por ser de mala lengua é asacador; é por el buen entendimiento que vos avedes, ruego vos que me digades, de qual mal destos podria venir mas mal à las gentes. Señor conde, dixo Patronio, para que vos sepades esto, mucho querria que supiéssedes lo que acontesció al diablo con una muger destas pelegrinas. El conde le preguntó como fuera aquello.

Señor conde, dixo Patronio, en una villa avia un muy buen mancebo, y era casado con una muger é fazian buena vida en uno, assí que nunca entre ellos avia ninguna desavenencia. E porque el diablo se despaga siempre de las buenas cosas, uvo desto muy grande pesar, pero anduvo muy gran tiempo por meter mal entre ellos, é nunca lo pudo fazer nin guisar. E un dia, viniendo el diablo de aquel lugar, do fazian vida aquel ome é aquella muger, muy triste porque non podia hi poner ningun mal, topó con una mala pelegrina, é desque se conocieron, preguntóle por qué venia triste, y él díxole, que venia de aquella villa do fazian vida aquel ome é aquella muger, é que avia muy gran tiempo que él andava por poner mal entre ellos é que nunca pudiera, é que desque supiera su mayoral, que dixera que pues tan gran tiempo andava en aquello é non lo fazia, que supiesse que era perdido con él, é por esta razon venia triste. Y ella dixo, que se maravillava, pues tanto sabia como no lo podia fazer, mas que si fiziesse lo que ella queria, que ella le pornia recaudo en esto. Y el diablo le dixo que faria todo lo que ella quisiesse, en tal guisa que pudiesse poner mal entre aquel ome é aquella muger. E aquel diablo é aquella pelegrina fueron á esto avenidos, é fuése la pelegrina á aquel lugar do vivian aquel ome é aquella muger, é tanto fizo de dia en dia, fasta que se fizo conoscer con aquella muger de aquel mancebo, é fízola entender que era criada de su madre, é por este deudo que avia con ella que era tenuda de la servir, é que la serviria quanto pudiesse. E la buena muger fiando en este, túvola en su casa é fiava della

Ursprung ist kaum verkennbar, ja vielleicht ist sie sogar geradezu eine Uebersetzung, denn der Styl leidet nicht selten an jener Satzverwirrung, welche, wie Dozy (Recherches I, 394) bemerkt, das Kennzeichen einer sklavischen Uebersetzung aus dem Arabischen ist.

toda su fazienda, y esso mesmo fazia su marido. E desque ella uvo morado muy gran tiempo en su casa y era privada de entrambos, vino un dia muy triste é díxole á la muger. que fiava en ella: Fija, mucho me pesa desto que agora oí, que vuestro marido se pagava mas de otra muger que non de vos, é ruego vos que le fagades mucha honra é mucho plazer, porque él non se pague mas de otra muger que de vos, ca desto vos podria venir mas mal que de otra cosa ninguna. Quando la buena muger esto oyó, como quier que non lo creia, tomó desto muy gran pesar y entristeció muy fieramente, é desque la mala pelegrina la vió estar triste, fuése para el lugar por do su marido avia de venir, é desque encontró con él, dixo que le pesava mucho de lo que fazia, en tener tan buena muger como tenia é amar mas á otra que no á ella, é que esto que ella lo sabia ya é tomara gran pesar, é que le dixera que pues él esto fazia, faziéndole ella tanto servicio, que cataria ella á otro, que la amasse tanto como él ó mas, é que por Dios que guardasse que esto non lo supiesse su muger, sino que seria muerta. Quando el marido esto oyó, como quier que lo non creyó, tomó ende muy gran pesar é fincó ende muy triste, é desque la falsa pelegrina le dixo assí, fuése adelante á su muger é díxole amostrándole muy gran pesar: Fija, non sé qué desaventura es esta, que vuestro marido es muy despagado de Vos, é porque entendades que es verdad esto que vos digo yo, agora veredes como viene triste é muy sañudo, lo que non solia fazer; dexándola con este cuydado, fuése para su marido é dixole otro tanto. E desque el marido llegó para su casa é falló su muger triste, é de los plazeres que solian en uno aver que non avian ninguno, estava todavía con muy gran cuydado. E desque el marido fué á otra parte, díxole la falsa pelegrina á la buena muger, que si ella quisiesse que buscaria algun ome muy sabidor, que le fiziesse alguna cosa con que su marido perdiesse aquel mal talante que avia contra ella; é la muger, queriendo aver buena vida con su marido, díxole que le plazia é que gelo agradescia mucho. E á cabo de algunos dias tornó á ella é díxole, que avia fallado un ome muy sabidor é que le dixera, que si uviera unos pocos cabellos de la barba de su marido, de los que están en la garganta, que faria con ellos una maestría por que perdiesse el marido toda la desgana que avia della, é que vivirian en buena vida como solian é por aventura mejor, é que á la hora que viniesse que guisasse que se echasse á dormir en su regaço; é dióle una navaja, con que cortasse los

cabellos. E la buena muger, por el grande amor que avia á su marido, pesándole mucho, de la estrañeza que entre ellos avia caydo, y codiciando mas que cosa del mundo tornar á la buena vida que en uno solian aver, díxole que le plazia de lo fazer assí, é tomó la navaja, que la mala pelegrina traya para lo fazer. E la mala pelegrina tornó al marido é díxole, que avia muy gran duelo de la su muerte é que porende que no se lo podia encobrir, é que supiesse que su muger lo queria matar é yrse con su amigo, é que porque entendiesse que le dezia verdad, que su muger é aquel su amigo avian acordado que le matassen en esta manera, que luego que viniesse, guisasse que se adurmiesse en su regaço della, é desque fuesse adormido que le degollasse con una navaja que tenia para le degollar. E quando el marido esto oyó, fué muy espantado con mal cuydado de las falsas palabras, que la mala pelegrina le avia dicho, é por esto que agora dixo fué muy cuytado, é puso en su coraçon de se guardar é de lo provar. E fuése para su casa é luego que su muger le vió, recibióle mejor que los otros dias de ante, é díxole que siempre andava trabajando é que non queria holgar nin descansar, mas que se echasse allí cerca della é que pusiesse la cabeça en su regaço é que ella lo espulgaria. E quando el marido esto oyó, tuvo que era cierto lo que dixera la falsa pelegrina, é por provar lo que su muger haria, echóse en su regaço á dormir, é començo á dar á entender que dormia é desque su muger tuvo, que era dormido bien, sacó la navaja para le cortar los cabellos segun que la falsa pelegrina le avia dicho. E quando el marido le vió la navaja en la mano cerca de la su garganta, teniendo que era verdad lo que la falsa pelegrina le dixera, sacóle luego la navaja de las manos é degollóla con ella. E al ruydo que se fizo, quando la degollava, recudieron el padre é los hermanos de la muger, é quando vieron que la muger era degollada é que nunca fasta aquel dia oyeron á su marido nin otro ome ninguno cosa mala en ella, por el gran pesar que ovieron ende fuéron todos al marido é matáronlo. E á este ruydo recudieron los parientes del marido é mataron aquellos que mataran á su pariente, y en tal guisa se bolvió el pleyto, que se mataron aquel dia la mayor parte de quantos eran en la villa. E todo este mal viño por las falsas palabras, que supo dezir aquella falsa pelegrina. Pero porque nunca Dios quiere que el home, que el mal fecho faze, finque sin pena, aunque el mal fecho sea encubierto, guisó que fuesse sabido, que todo aquel mal viniera por aquella falsa pelegrina,

é fizieron della muchas malas justicias é diéronle muy mala muerte é muy cruel.

E vos, señor conde Lucanor, si quisiéredes saber, qual es el peor ome del mundo é de qué mas mal puede venir á las gentes, sabed que es el que se muestra á las gentes por buen christiano é ome bueno é leal, é su entencion es falsa é anda asacando falsedades é mentiras, por meter mal entre las gentes. E consejo vos yo, que siempre vos guardedes de los omes, que vierdes que se fazen gatos religiosos, que los mas dellos siempre andan con mal é con engaño, é porque vos podades consejar, tomad el consejo del Evangelio, que dize: A fructibus eorum cognocetis eos, que por sus obras los conoscereys. Ca sed cierto, que non ha hombre en el mundo, que muy luengamente pueda encubrir las obras que tiene en la voluntad; bien las puede encubrir algun tiempo, mas non luengamente. Y el conde tuvo que era verdad esto, que Patronio le dixo, é puso en su coraçon de lo fazer assí, é rogó á Dios que guardasse à él é á todos sus amigos de tal ome. Y entendiendo Don Juan que este exemplo era muy bueno, fizolo escrevir en este libro é fizo estos versos que dizen assí:

Para miente á las obras, non á la semejança,
Si quieres ser guardado de aver mal andança,

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Seit der Mitte des dreizehnten Jahrhunderts war mit dem spanischen Ritterthume eine grosse Veränderung vorgegangen. Der volksthümliche Character, welcher dasselbe in den Zeiten seiner Blüthe vor dem anderer Nationen ausgezeichnet hatte (s. oben die Einleitung S. 22.) war mächtig geschwunden. Sicherheit und Ruhe waren in das Land zurückgekehrt. Der Kampf mit den Mauren, gegen welche bis dahin die ganze Nation für Glauben und heimische Sitte in Waffen gestanden hatte, war jetzt, wo von dem einst so mächtigen Moslemenreiche in Spanien nur noch das kleine Königreich Granada übrig war, wenig mehr als ein Spielwerk für die Könige und ihre Grossen, bei welchem der Beistand der Nation weder vonnöthen war noch gewünscht wurde. Der grosse Kreis, in welchem ritterliches Thun und Treiben in den Zeiten der nationalen Bedrängniss verbreitet gewesen war, verengerte sich immer mehr, und schrumpfte endlich zu einer Kaste zusammen, die sich um den Thron der Könige schaarte. Zwar blieb noch immer ein bedeutender Antheil edlen ritterlichen Sinnes in der Masse der Nation zurück, das eigentliche Ritterwesen aber wurde Eigenthum eines exclusiven Standes, der durch Beschäftigung und Interessen von der Gesammtheit getrennt war, und in dessen Händen das Ritterthum, dem Zutritte frischer Lebenskräfte verschlossen, zu einem todten Formenwesen erstarrte. Diesem Stande, welchem die Nation nichts galt, galten auch die nationalen Erinnerungen nichts, denn diese Erinnerungen knüpften sich an Thaten, welche das ganze Volk in schweren Zeiten vollbracht hatte und deren Andenken sein Stolz war. Das neue Ritterthum wendete sich daher vornehm ab von jenen Traditionen, die, wie überall, so auch in Spanien der Dichtkunst die ersten Stoffe geliefert hatten, von den alten Romanzen und Heldengesängen, in denen das Volk die Thaten

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